viernes, 30 de septiembre de 2011

La lección de anatomía: Sobre la dramaturgia necesaria


En el año 2003 la editorial El Milagro publicó “La lección de Anatomía” del dramaturgo quebequense Larry Tremblay, bajo la traducción de Philippe Cherón con introducción de David Olguín, quien estrenó la obra en nuestro país en 1998, la cual tuvo una temporada de más de 100 representaciones.
“Lección de anatomía” podría parecer un monólogo, ya que la voz la lleva Martha, pero el autor advierte que no se trata de un solo, ya que nos indica que la característica del personaje masculino es silente: “Pierre: esposo de Martha, 50 años, personaje silente (un actor, un maniquí o nada)”. Pero además, en la nota introductoria que realiza el autor, señala:
“(Martha) Recorre las actividades de su esposo, las saca de su contexto y las presenta al público como una prueba de su demostración. No obstante que la “Lección de Anatomía” es, en primer lugar y ante todo, la expresión de una persona en particular, no necesariamente un solo”.
Escrita a manera de un poema, dividido en nueve capítulos, la obra nos va construyendo la relación marital de Martha, quien padece una enfermedad terminal, y Pierre, quien es un político cuya carrera va en ascenso en contraste a la vida de Martha. Vemos la vida amorosa de Martha como si se tratara de un examen de anatomía. El autor señala que empezó a escribir esta obra a partir de una pregunta: ¿Qué tan lejos puedes llevar tu conocimiento del otro antes de que tu interés por la exactitud destruya lo que amas –al mismo tiempo que te destruyes a ti mismo?
El autor le da voz y vida a esta mujer, logra a través de los versos entretejer matices en cuanto a la interpretación, a la puesta en escena y devela un hallazgo lingüístico, estético, social y humano. El autor señala en la nota que le precede a la dramaturgia, que después de empezar a escribir la obra, se replanteó la pregunta:
“Una vez que la primera línea había sido escrita, mi pregunta original se modificó pero sin perder nada su poder de asombro: ¿Por qué amamos a aquellos que nos destruyen?”
Esta es una obra importante para leer y asombrarse por su propia naturaleza lingüística y escénica. David Olguín quien dirigió la puesta en escena en México señala:
“Como en el siglo XIX, cuando la especialización y el método que caracterizaban a la ciencia no se había sistematizado, Martha construye una teología de Pierre, una ciencia de Pierre, la alquimia del amor y una filosofía de su vida en común. Martha rompe la tradición patriarcal: piensa, analiza, observa y se observa. Pero como en todo proceso fáustico, profundo, el piso se abre y la caída física se verifica: Martha se destaza. Es una mujer con plena conciencia y con la dosis de dolor que el pensamiento implica.
Aquellos territorios que Nietzsche refrendara para el arte en el siglo XX, ante el triunfalismo de las ciencias aplicadas y la fe radical en la noción de progreso, se refrendan en esta “Lección de anatomía”, como parte de la idea contemporánea del conocimiento: el arte lleva a cabo una disección del espíritu, donde el verbo conocer encierra ambigüedades que hoy día la ciencia revalora. Ésta es una notable virtud del texto de Tremblay. No sólo estamos ante una historia de amor o ante una biografía. La exploración de un cuerpo, de una relación amorosa, nos regresa a aquellos tiempos en donde cualquier conocimiento formaba parte de la explicación total del cosmos”.
Larry Tremblay nació en Chicoutimi, Quebec en 1954. Durante sus muchas estancias en la India estudió Kathakali y en 1984 fundó el LAG (Laboratoire Gestuel), determinando así su aproximación al teatro por medio del cuerpo. Llamó por primera vez la atención del público de Montreal, con su versión en un solo donde él encarnaba a cuatro personajes de la obra “Provincetown Playhouse” de Normand Chaurette.
Su primer monólogo, “Le Déclic du Destin” , (1988) se presentó en numerosos festivales. A partir de entonces ha publicado más de 20 libros que abracan la poesía, el ensayo, la novela y la dramaturgia. Entre sus textos teatrales se encuentra “El ventrílocuo” que fue reconocida como la mejor obra del año 2001 en Montreal, además de haberse estrenado en París, Bruselas y México. Es uno de los autores de Quebec cuyas obras más se llevan a escena en el extranjero.

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