martes, 6 de septiembre de 2011

La otra crueldad: Sobre las artes escénicas


El pasado 21 de Julio, a las 20:00 horas, en el marco de la IX Muestra Nacional de la Joven Dramaturgia, se presentó en el Museo de la Ciudad de Querétaro la puesta en escena “La otra crueldad”, escrita y dirigida por Conchi León.
Esta obra fue coproducida por el Instituto de Cultura de Yucatán (ICY); el reparto estuvo integrado por Alejandra Argoytia, Juan de Dios Rath y Oswaldo Ferrer.
“En todos nuestros actos hay por lo menos un poco de crueldad. Conchi León, sin faltar a su apuesta por el humor, nos presenta estas historias y personajes con un toque de sadismo (y masoquismo). Estas tramas, simples en apariencia, esconden las crueldades de las que somos víctimas y victimarios. Estos pequeños momentos donde somos vulnerables ante la crueldad de la vida, que no es otra cosa que su indiferencia ante nuestro dolor, ante nuestros temores más infantiles. La obra nos deja una risa amarga y una mueca de complicidad al reconocer en ellos nuestra propia crueldad”, señala el programa de mano.
El montaje de Conchi León fue uno de los más afortunados de la muestra, tanto la crítica como el público recibió este trabajo de forma entusiasta.
En primer lugar habría que felicitar el acertado casting. Las actuaciones de Ferrer, Argoytia y Rath nos permitieron ver las diferentes posibilidades de amor, desengaño, dolor y frustración utilizando elementos muy sencillos que eran reforzados por la palabra; el monólogo de Ferrer era de una claridad y un registro de diferentes emociones a través de la voz que el público se quedó fijo en él como quien mira a un personaje entrañable.
Es posible que la autora se engolosine un poco en la secuencia del crecimiento del hijo y la hija, pero fuera de eso, este texto se vuelve entrañable por su sencillez, no se busca los altos vuelos filosóficos, sino que se habla de la crueldad a partir de sencilleces, de pequeñas cosas.
Hemos hablado de las obras dramatúrgicas de esta muestra en esta columna titulada “Sobre las artes escénicas”, también de los montajes o de las lecturas espectáculo que al final fueron montaje.
Una de las ventajas que tiene el trabajo de León Mora es que supo llevar a escena lo que quiso decir, ya que ella dirigió, no hubo malas interpretaciones, salvo una falla técnica que repercutió en el final, pero tuvo un equipo que logró un trabajo que dejó satisfechos a muchos, y al decir muchos ya nos remite que también hubo sus excepciones.
Sería interesante ver este trabajo en esta ciudad, ya sin fallas técnicas, para poder ver con toda claridad lo sencillo que puede llegar a ser la crueldad humana.
Conchi León nació en Mérida, Yucatán, en el año de 1973. Se describe a sí misma de la siguiente forma: “De niña estudió danza por complacer a su mamá, de adulta, actuación, dirección, periodismo cultural y dramaturgia. No estudió prepa porque su mamá le dijo que no podría por tonta (entonces no se licenció en nada).
“Ahora, con obras publicadas y traducidas, representadas en México, España, Manila, Perú, Buenos Aires y EE.UU. cree que no hay nada tonto ni gratuito en el teatro, al contrario, es difícil, complejo, inasible.
“Con Mestiza Power ha dado muchas vueltas al país y al mundo; la más grata, la vuelta en retorno al abrazo materno, que escudriña y dice: ‘mira a la tonta, sí que le ayudó el teatro’.
“Funda la compañía Saas Tun. Sus obras: ‘Metamorfosis Antes del Agua’, ‘La ropa sucia’, ‘Las huiras de la Sierra Papakal’ y ‘Santificarás las fiestas’ fueron producidas por la UNAM, la ESAY, el H. Ayuntamiento de Mérida y el Centro Cultural Rojas de la Universidad de Buenos Aires. En 2010 le dieron la beca PECDA”.

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