viernes, 30 de diciembre de 2011
La matanza imperialista y la sublevación: Apuntes de un escribidor
La crisis mundial de 1873 estalló en Europa ya que el sistema capitalista no quiso de ninguna forma ceder a bajar los precios de las materias primas ni de la maquinaria, no era concebible perder parte de su valioso dinero, lo que ocasionó bajar los sueldos para explotar aún más al obrero y por lo mismo también se bajó la producción.
Como consecuencia millones de trabajadores fueron despedidos ante la contraproducente medida.
Mientras las masas se quedaban sin comida, sin una forma de pagar los impuestos a los que habían sido sometidos por el Estado, los capitalistas buscaban la forma de poder salir de su crisis. La solución fue muy fácil: repartirse el territorio africano entre las potencias para con eso tener mano de obra gratis, millones de personas que consumieran lo que vendían y países de dónde saquear las materias primas que les faltaban.
La ambición capitalista de países que estaban en desacuerdo con esa repartición, ya que todos codiciaban los territorios que no les pertenecían, provocó la Primera y Segunda Guerras Mundiales, donde la carne de cañón fue la población que luchó a favor de los intereses de una clase que los había excluido. Estamos hablando del siglo XX y vemos cómo las prácticas más añejas siguen su mismo cauce: esclavitud, invasiones, guerras, genocidios, destrucción de culturas, etc.
El pretexto siempre había sido el mismo, voy a saquear su país en nombre de la verdadera religión, del progreso y la civilización. Cuando los países atraviesan una crisis económica, amparados en la mafia imperialista, buscan lugares que colonizar, ahora todo está repartido, pero aun así la rapiña nunca descansa y pretextos para invadir se crean, se alcanzan a ver o se hacen montajes para que el ataque suceda.
Podría argumentarse que la esclavitud y todas las violaciones y atentados a los derechos y a la dignidad humana se dieron por la falta de cobertura a nivel mundial, por no tener los medios para acudir a la verdad de estas masacres e indignarnos. Pero nada ha cambiado en el siglo XXI, ejemplo de esto es Afganistán, Irán, Libia y, por los planes de Estados Unidos, parece que también México.
Ahora no es “les venimos a traer la religión y el progreso” sino “les venimos a traer la libertad y la democracia”, “venimos a abatir al terrorismo”, por supuesto que quien decide el nombre de los terroristas son los Estados Unidos con el aval de sus cómplices de la OTAN.
La OTAN es una organización internacional política y militar que se creó como resultado de las negociaciones entre los signatarios del Tratado de Bruselas de 1948 (Bélgica, Francia, Luxemburgo, Países Bajos y el Reino Unido), Estados Unidos y Canadá, así como otros cinco países de Europa Occidental invitados a participar (Dinamarca, Italia, Islandia, Noruega y Portugal), con el objetivo de organizar Europa ante la amenaza de la Unión Soviética después de la Segunda Guerra Mundial, que constituyó una organización paralela al Pacto de Varsovia.
Mediante los medios logísticos de los países aliados, la OTAN cohesiona y organiza los países aliados en materia política, económica y militar. Pero el papel que ha tomado la OTAN ha sido el del imperialista invasor, ya que con sus acciones se han destruido millares y millares de familias y hogares; juzgan a otros pero no pueden hacerlo consigo mismos. Al igual que en la Colonia y en la Conquista, ellos, los invasores, se erigen como juez y no pueden ser juzgados. De terrorista y crímenes de lesa humanidad, así como de dictadores y antidemocráticos, pueden ser acusados muchos gobernantes de derecha en América Latina y América del Norte, más éstos no son cazados porque le funcionan al sistema imperial, pagan sus tributos para poder explotar a la población sin miramientos.
Los demás tiranos a los que EE.UU. quiere invadir son mediáticamente bombardeados con las reiterativas imágenes de abusos y documentales de cómo la tiranía en Medio Oriente está a su máximo esplendor, para así poder acallar el remordimiento de la gente, que dirá “cayó el tirano” y no “mi presidente ordenó matar de hambruna a todo un pueblo, bajo el pretexto de destruir a un hombre”, mientras el hombre es exhibido en primeras planas de todos los periódicos y noticieros del mundo, al igual que lo fue Sadam Hussein y ahora Gadafi.
No quiero decir que las dictaduras de Medio Oriente sean un mito, no hay que idealizar a nadie, ni a Oriente ni a Occidente, pero la crueldad del imperio ha provocado todas las manifestaciones del grupo global de “Indignados”. Al igual que en 1871 sucedió en París, ahora sucede que la explotación del imperio ha llegado a límites cínicos, no podemos pagar más impuestos, no podemos seguir manteniendo el derroche de los beneficiados por el sistema.
Y escribo esto sólo para poderme explicar el porqué muchos países no ceden en el desarme nuclear, pues conociendo la historia y a los Estados Unidos, esto significaría inmediatamente volverse esclavos.
Como consecuencia millones de trabajadores fueron despedidos ante la contraproducente medida.
Mientras las masas se quedaban sin comida, sin una forma de pagar los impuestos a los que habían sido sometidos por el Estado, los capitalistas buscaban la forma de poder salir de su crisis. La solución fue muy fácil: repartirse el territorio africano entre las potencias para con eso tener mano de obra gratis, millones de personas que consumieran lo que vendían y países de dónde saquear las materias primas que les faltaban.
La ambición capitalista de países que estaban en desacuerdo con esa repartición, ya que todos codiciaban los territorios que no les pertenecían, provocó la Primera y Segunda Guerras Mundiales, donde la carne de cañón fue la población que luchó a favor de los intereses de una clase que los había excluido. Estamos hablando del siglo XX y vemos cómo las prácticas más añejas siguen su mismo cauce: esclavitud, invasiones, guerras, genocidios, destrucción de culturas, etc.
El pretexto siempre había sido el mismo, voy a saquear su país en nombre de la verdadera religión, del progreso y la civilización. Cuando los países atraviesan una crisis económica, amparados en la mafia imperialista, buscan lugares que colonizar, ahora todo está repartido, pero aun así la rapiña nunca descansa y pretextos para invadir se crean, se alcanzan a ver o se hacen montajes para que el ataque suceda.
Podría argumentarse que la esclavitud y todas las violaciones y atentados a los derechos y a la dignidad humana se dieron por la falta de cobertura a nivel mundial, por no tener los medios para acudir a la verdad de estas masacres e indignarnos. Pero nada ha cambiado en el siglo XXI, ejemplo de esto es Afganistán, Irán, Libia y, por los planes de Estados Unidos, parece que también México.
Ahora no es “les venimos a traer la religión y el progreso” sino “les venimos a traer la libertad y la democracia”, “venimos a abatir al terrorismo”, por supuesto que quien decide el nombre de los terroristas son los Estados Unidos con el aval de sus cómplices de la OTAN.
La OTAN es una organización internacional política y militar que se creó como resultado de las negociaciones entre los signatarios del Tratado de Bruselas de 1948 (Bélgica, Francia, Luxemburgo, Países Bajos y el Reino Unido), Estados Unidos y Canadá, así como otros cinco países de Europa Occidental invitados a participar (Dinamarca, Italia, Islandia, Noruega y Portugal), con el objetivo de organizar Europa ante la amenaza de la Unión Soviética después de la Segunda Guerra Mundial, que constituyó una organización paralela al Pacto de Varsovia.
Mediante los medios logísticos de los países aliados, la OTAN cohesiona y organiza los países aliados en materia política, económica y militar. Pero el papel que ha tomado la OTAN ha sido el del imperialista invasor, ya que con sus acciones se han destruido millares y millares de familias y hogares; juzgan a otros pero no pueden hacerlo consigo mismos. Al igual que en la Colonia y en la Conquista, ellos, los invasores, se erigen como juez y no pueden ser juzgados. De terrorista y crímenes de lesa humanidad, así como de dictadores y antidemocráticos, pueden ser acusados muchos gobernantes de derecha en América Latina y América del Norte, más éstos no son cazados porque le funcionan al sistema imperial, pagan sus tributos para poder explotar a la población sin miramientos.
Los demás tiranos a los que EE.UU. quiere invadir son mediáticamente bombardeados con las reiterativas imágenes de abusos y documentales de cómo la tiranía en Medio Oriente está a su máximo esplendor, para así poder acallar el remordimiento de la gente, que dirá “cayó el tirano” y no “mi presidente ordenó matar de hambruna a todo un pueblo, bajo el pretexto de destruir a un hombre”, mientras el hombre es exhibido en primeras planas de todos los periódicos y noticieros del mundo, al igual que lo fue Sadam Hussein y ahora Gadafi.
No quiero decir que las dictaduras de Medio Oriente sean un mito, no hay que idealizar a nadie, ni a Oriente ni a Occidente, pero la crueldad del imperio ha provocado todas las manifestaciones del grupo global de “Indignados”. Al igual que en 1871 sucedió en París, ahora sucede que la explotación del imperio ha llegado a límites cínicos, no podemos pagar más impuestos, no podemos seguir manteniendo el derroche de los beneficiados por el sistema.
Y escribo esto sólo para poderme explicar el porqué muchos países no ceden en el desarme nuclear, pues conociendo la historia y a los Estados Unidos, esto significaría inmediatamente volverse esclavos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario