viernes, 30 de diciembre de 2011

Aquí están los que se van: Literatura para niños y jóvenes


Uno, dos, tres por mí y todos mis compañeros ediciones, el CONACULTA, a través del Programa Nacional Salas de Lectura, coeditaron el libro “Aquí están los que se van”, con textos de Gabriel Quiroz y fotografías del propio Quiroz, Heriberto Rodríguez y Silvia Calatayud.
Con este libro entenderemos que migrar no es irse de paseo, sino que es ir a buscar mejores condiciones para vivir; migrar es ir a buscar una mejor manera de estar. En este libro el autor logra que acompañemos en su camino a las familias de los que se van, a jornaleros que viajan para ganarse la vida.
En este libro se invita al lector a acompañar a muchas personas que viajan muy lejos, que dejan sus pueblos y sus tierras para trabajar en el campo y poder vivir más dignamente: son los jornaleros migrantes.
Cada año, muchos hombres, mujeres, pero también niñas y niños, cambian su manera de vivir y viajan a campos agrícolas donde se necesita su trabajo.
Quienes hablan dixsaa (zapoteco) del valle de Oaxaca o distee (zapoteco) de la costa de Oaxaca y náhuatl del norte de Veracruz, podrán leer y platicar sobre este libro en su lengua y mirar cómo se escriben otras lenguas mexicanas y compararlas por escrito; Guiaguel Martínez, José Pergentino Ruiz y Elizabeth Ramírez tradujeron con cuidado a esas tres lenguas este texto, que también está escrito en español, ya que la migración de los jornaleros agrícolas así es: tiene muchas lenguas y muchas caras.
En México trabajan 3.5 millones de jornaleros agrícolas. De esa cantidad 1.2 millones son migrantes. Más de la tercera parte de los migrantes son indígenas. Los jornaleros agrícolas toman la decisión de migrar como una opción ante la falta de tierras de cultivo: muchos de ellos tienen tierras de temporal que no producen o producen poco.
Si los jornaleros no encuentran trabajo en su lugar de origen, tienen que buscarlo fuera de su pueblo. Los jornaleros muchas veces se van con su familia para aumentar sus ingresos, gracias al trabajo de la mujer y sus hijos. Para ellos es importante ir a regiones donde les paguen más que en su comunidad.
Para llegar a los campos de cultivo, muchas familias jornaleras viajan entre 20 y 30 horas en autobuses o en camiones de carga. La mayoría de las familias viaja desde los Estados del sur a los grandes campos de riego que existen en el norte del país.
Un niño ante esta realidad dice “como en una casa que rueda, nos juntamos todos en el camión”.
“Aquí están los que se van” es un libro para que los niños y los jóvenes puedan ver la realidad de la migración en nuestro país y cómo esto afecta a otros niños, jóvenes y adultos. También es un libro para que los niños que hablan en las tres lenguas indígenas en las que está traducido, puedan leer el texto en su lengua materna. Pero sobre todo es un libro que nos cuenta una realidad a través de la imagen y la palabra, una realidad social en la que muchas veces por nuestra comodidad no pensamos: la falta de oportunidades que tienen los jornaleros y la gente que trabaja en el campo.
Esta es una recomendación para lectores de todas las edades, pero sobre todo un recorrido para que podamos conocer al otro, al que siempre pasamos por alto.
Gabriel Quiroz, el autor de este libro y quien escribió el texto en español, viajó hacia los lugares donde trabajan los jornaleros migrantes, recuperó lo que dicen y también tomó fotografías. Luego unió textos y fotos para dar una visión de la experiencia de esas personas valerosas que viajan buscando una vida mejor.

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