viernes, 30 de diciembre de 2011
De la ignorancia legitimada al pánico mediatizado: Apuntes de un escribidor
Si se critica a Peña Nieto por cometer el error de no saber (ni apenitas siquiera) el precio de la canasta básica y la tortilla, se dice que la magnificación de esos errores forma parte de una campaña negra (o una guerra sucia) en su contra, orquestada por los enemigos políticos que temen en la unidad de su partido. Incluso se emiten programas televisivos que hablan del “bullying” que sufren los “artistas” de la tele en las redes sociales por las pifias que han cometido y en donde se pone en manifiesto su escaso nivel intelectual, el mensaje es claro: el dolor de las “estrellas” televisivas al ser expuestas es tan grande que no se compara con la alta tasa de suicidio por el bullying escolar o el acoso gubernamental y del crimen organizado en contra de los activistas sociales.
Sucede lo contrario con AMLO, confunde el precio del metro y eso es usado como prueba de que se trata de un político ignorante e insensible, ocupa titulares en los noticieros televisivos y en el colmo del descaro el Cordero de Calderón, y precandidato por el PAN (el que dijo que se podía vivir con 6,000 pesos al mes), dijo que no debe sorprender demasiado ese comentario, pues AMLO piensa que el país se detuvo hace varios años “y que las cosas no han cambiado desde hace varios años, entre ellas, el costo de un pasaje del metro”.
Lo que no dijo Cordero es que efectivamente el país ha cambiado en los últimos 10 años que su partido ha estado en el gobierno, y ha cambiado tanto que no es posible hablar del precio de la gasolina ya que aumenta en periodos cortos de tiempo, el salario mínimo no es capaz de cubrir las necesidades básicas para que la población pueda vivir con dignidad. Esos cambios a los que se refiere Cordero nos dicen lo poco que le importa al funcionario esto y lo mucho que le importa las pifias de AMLO.
Por otra parte, tomarse a Cordero en serio sería menospreciar al electorado, ya que la única forma de que una mayoría pueda volver a votar por el PAN es que la estrategia de Vázquez Mota funcione, ya que ha contratado a Antonio Solá, el “cerebro de la campaña de odio” que llevó a Calderón a la silla presidencial y a quien le interesa el dinero más que el orden social de los países. Sólo falta que las televisoras se lo permitan porque desde hace tiempo es visible que su candidato es Peña Nieto, ya que insisten en convertirlo en mártir y víctima de bullying (no de su ignorancia).
A pesar de la defensa de las televisoras, representantes de alto vuelo del arte nacional, como Enrique Krauze, Carlos Fuentes y Jesusa Rodríguez han criticado la frivolidad de Peña Nieto, aunque creo pertinente reproducir las palabras del gran escritor José Emilio Pacheco, respecto al tema, quien señala: “Creo que si no lee, no puede tener lenguaje; si no tiene lenguaje no puede pensar y no puede pensar en los problemas de este país. No quisiera ensañarme con ningún caído, pero me parece una absoluta y auténtica tragedia no de este señor, sino de México”.
Hacer a un lado la cultura y al arte y relegarlo al simple entretenimiento y a la simulación, ha hecho que este país se crea todas las mentiras de la televisión, ha hecho endeble al ciudadano contra ese monstruo llamado TV, que hizo creer en el 2006 que AMLO era un peligro para México y que quiere hacer creer ahora que Peña Nieto es un mártir, víctima de una guerra sucia. Habría entonces que encontrar la defensa contra la ignorancia, contra la simulación, habría que ser autocríticos y también lectores.
Sucede lo contrario con AMLO, confunde el precio del metro y eso es usado como prueba de que se trata de un político ignorante e insensible, ocupa titulares en los noticieros televisivos y en el colmo del descaro el Cordero de Calderón, y precandidato por el PAN (el que dijo que se podía vivir con 6,000 pesos al mes), dijo que no debe sorprender demasiado ese comentario, pues AMLO piensa que el país se detuvo hace varios años “y que las cosas no han cambiado desde hace varios años, entre ellas, el costo de un pasaje del metro”.
Lo que no dijo Cordero es que efectivamente el país ha cambiado en los últimos 10 años que su partido ha estado en el gobierno, y ha cambiado tanto que no es posible hablar del precio de la gasolina ya que aumenta en periodos cortos de tiempo, el salario mínimo no es capaz de cubrir las necesidades básicas para que la población pueda vivir con dignidad. Esos cambios a los que se refiere Cordero nos dicen lo poco que le importa al funcionario esto y lo mucho que le importa las pifias de AMLO.
Por otra parte, tomarse a Cordero en serio sería menospreciar al electorado, ya que la única forma de que una mayoría pueda volver a votar por el PAN es que la estrategia de Vázquez Mota funcione, ya que ha contratado a Antonio Solá, el “cerebro de la campaña de odio” que llevó a Calderón a la silla presidencial y a quien le interesa el dinero más que el orden social de los países. Sólo falta que las televisoras se lo permitan porque desde hace tiempo es visible que su candidato es Peña Nieto, ya que insisten en convertirlo en mártir y víctima de bullying (no de su ignorancia).
A pesar de la defensa de las televisoras, representantes de alto vuelo del arte nacional, como Enrique Krauze, Carlos Fuentes y Jesusa Rodríguez han criticado la frivolidad de Peña Nieto, aunque creo pertinente reproducir las palabras del gran escritor José Emilio Pacheco, respecto al tema, quien señala: “Creo que si no lee, no puede tener lenguaje; si no tiene lenguaje no puede pensar y no puede pensar en los problemas de este país. No quisiera ensañarme con ningún caído, pero me parece una absoluta y auténtica tragedia no de este señor, sino de México”.
Hacer a un lado la cultura y al arte y relegarlo al simple entretenimiento y a la simulación, ha hecho que este país se crea todas las mentiras de la televisión, ha hecho endeble al ciudadano contra ese monstruo llamado TV, que hizo creer en el 2006 que AMLO era un peligro para México y que quiere hacer creer ahora que Peña Nieto es un mártir, víctima de una guerra sucia. Habría entonces que encontrar la defensa contra la ignorancia, contra la simulación, habría que ser autocríticos y también lectores.
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