lunes, 24 de agosto de 2009

Letras rompen la barerra mental de "la provincia"



• Dos dramaturgos y un poeta se presentaron en el Palacio de Mármol

Por Magdalena Gutiérrez

DISTRITO FEDERAL, México, 09/07, (N22).- Las nuevas voces de la literatura mexicana se hicieron escuchar en el Palacio de Bellas Artes en la sala Adamo Boari. Dos jóvenes dramaturgos y un poeta leyeron fragmentos de sus obras y acercaron al público del Distrito Federal la literatura que se está creando en el interior de la República. Margarito Cuéllar, narrador y periodista mexicano fue el encargado de presentar a Enrique Olmos, de Pachuca; Ivi May Dzib, de Yucatán, y Gerardo Flores de Tlaxcala.

"La provincia es un estado mental, tan sólo forma parte de una connotación geográfica, no condiciona a los escritores, tan sólo da configuración a las obras que se crean en estos lugares", declaró Enrique Olmos respecto a la temática de si la literatura de los estados está supeditada al centralismo que se vive en México.

Los ciclos literarios casi siempre versan acerca de la poesía, es por eso que la reunión de dos dramaturgos dentro de este ciclo es un punto a destacar. "La dramaturgia mexicana está muy viva, es un punto de encuentro con la realidad, la literatura y el teatro, es la interacción y exploración del espacio, es por eso que es tan importante como género literario", agregó Enrique Olmos.

Enrique Olmos es dramaturgo, narrador y crítico de teatro, durante la plática leyó un fragmento de su obra ?Inmolación, la cual trata acerca de dos jóvenes, ubicados en dos partes del mundo, quienes están a punto de suicidarse. Por su parte, Ivy May Dzib se dedica al periodismo, el fragmento que compartió con el público fue de su libro La cuerda que nos mueve. Por último, Gerardo Flores es egresado de la licenciatura en literatura hispanoamericana y actualmente colabora con el suplemento Arteria, leyó cinco poemas de su libro próximo a publicarse Cazería.

"La internet ha sido una gran herramienta de difusión, ahora es posible que todos los literatos del país y del mundo estén interconectados, además que se facilita el intercambio bibliográfico. Gracias a esta nueva red los textos son más fáciles de compartir", dijo Ivi May.

La literatura mexicana tiene nuevos exponentes. "El centralismo de la literatura debe terminar, México se conforma de todos los estados y de la misma forma deben verse la creaciones", finalizó Ivi May.

09/MAG

Fuente: http://www.noticias.canal22.org.mx/noticia.html?n=28451

Pie de Foto: Gracias a Ileaa Garma por la toma.

jueves, 28 de mayo de 2009

El artista se enferma: Sobre las artes escénicas


Hay gente que se dedica a estar con su soledad, y con la de otros, trabajando, muchas veces le dirán, “tú qué haces siempre encerrado” o “por qué nunca te vemos, fuera de alguna presentación”. Trabajan para el arte, hacen sus propias compañías, generan público, gente expectante, imparten cursos, aplican teorías que hacen ver el oficio como herramienta discursiva y pedagógica para una sociedad nueva, etc. A veces, no se amparan en una institución gubernamental, en una empresa que los asegure de no pasar por la penumbra de los que no tienen prestaciones de ley, entonces qué les espera, y hablo de hombres de escena que han creado y crean parte de las historias de nuestra “cultura” pero no están asegurados, en el sentido literal de la palabra.

Comparto las reflexiones de Jaime Chabaud (Editorial en Paso de Gato abril-junio 2009) en el sentido que el artista le ha estado haciendo su trabajo al Estado en cuanto a promoción, producción y difusión, y me refiero como Estado a esa “cosa” federal que nos gobierna y que se ha olvidado que un pueblo vive por su cultura, no desde el afán de hacerse más rico para cuando se quiera cambiar de residencia. Lo primero que pasó con esta nueva gestión federal fue un recorte abrupto del presupuesto en cultura y no en gasto corriente. Es entonces que si escénicamente se quiere levantar una producción hay que ver por dónde: crear pequeñas empresas culturales, gestionar miles de apoyos en el extranjero, aportar parte del propio capital material y humano, etc. Todo para seguir trabajando.
El artista entonces trabaja y se estresa, se enferma, a veces sufre un accidente en el trabajo o fuera de él y es entonces que se recuerda que no se cuenta con seguridad social y que los derechos de autor o el cobro de la beca son hasta el próximo viernes. Esperando que el dolor no despierte hay que esperar ese día.
Es curioso que al haber la contingencia de alerta sanitaria, todos podían recibir atención sin tener seguro, pero era una “emergencia” y esa “emergencia” tendría que ser permanente, hay enfermedades o accidentes que hacen que un actor esté fuera de circulación, si de por sí no tiene ya forma de trabajar debido a su condición, entonces ahora tiene que lidiar con ver cómo paga medicamentos, operaciones o estudios…a veces en broma se llega a decir, el actor vive de los aplausos, sólo para citar un ejemplo incierto y que forma parte del imaginario, incluso institucional.
A pesar que alguien le haya dado tanta presencia a un Estado o país a nivel escénico, se entiende que no se quiere proteger al artista (al menos así lo hace ver un Congreso de la Unión, cuyas decisiones desunen), si no es que haya ganado un premio que sea benéfico para la imagen gubernamental (y a veces ni por eso), pero los artistas sí se quieren proteger.
A propósito, quiero hablar de una propuesta de Luis Mario Moncada, publicada en Paso de Gato Num .37, en su sección Máscara contra Caballera.
El maestro Luis Mario Moncada, hombre de la escena Mexicana, propone crear un fideicomiso a nivel nacional que sirva para cubrir gastos médicos mayores de los profesionales del teatro. Una propuesta loable, en el sentido que es lo mismo que se le pide a los diputados, a los senadores y a los gobernantes y no parece que sea prioritario. Entonces la labor cae en todos los que integran la comunidad.
Moncada propone que los becarios teatrales del FONCA (en todos sus programas) donen un 1 por ciento de su beca para la creación de este fideicomiso, estamos hablando de unos 75 pesos mensuales (de un joven creador, sólo para dar una idea) para que se ponga el proyecto en marcha. Algo así como pagar un mínimo impuesto que pueda asegurar que no se esté desamparado. También habla Moncada de la posibilidad de incluir a los becarios de los Estados y a los funcionarios culturales, quienes siempre alegan que hacen todo lo posible por ayudar al arte y a los artistas, entonces estarían aquí ante una acción directa con una pequeña aportación económica y no sólo con un discurso demagógico.
Obviamente para echar andar un proyecto así, se requiere de expertos en el área jurídica que organicen todo lo que concierne al marco legal de este fondo. Pero es una posibilidad, habría que emitir entonces una opinión sobre lo que el maestro Moncada señala.
Lo dicho aquí es a partir de que en muchas ocasiones, un compañero del gremio se enferma y sus amigos acuden a recolectas, piden ayuda por internet, etc. Propuestas como estas lograrían que a través de un fondo se pudiera facilitar eso.
La Dirección de Teatro invita los días 29 y 30 al Encuentro “Visiones y perspectivas del Teatro”, la idea es abrir mesas de reflexión entre la comunidad teatral, para poner sobre la mesa propuestas e inquietudes con el fin de crear una agenda que privilegie el desarrollo, fomento y la difusión de esta disciplina. El sábado 30 de 13:00 a 14:00 horas habrá una mesa de marco jurídico, a lo mejor ahí podríamos preguntar sobre algún procedimiento que se tuviera que hacer en nuestro Estado para que el artista independiente tenga un seguro de gastos médicos.
Aunque también sería bueno que alguien con presencia en el arte y con calidad “moral” (para que los políticos tramposamente no descalifiquen la propuesta) exponga esto al Congreso del Estado: un seguro médico para el artista yucateco que no esté amparando en una institución o en una empresa y que trabaje de forma independiente y no como lo hacen muchos, en el disfraz de una oficina contando de forma avara hasta sus palabras.

Pie de Foto: Reminiscencia de una idea de Carlos Navarrete

Escribir en tiempos en que permea la desesperanza: Apuntes de un escribidor


"Hay que proteger el derecho de la gente a creer o no creer, y a expresar esto como le plazca, pero sin que eso genere un ambiente de rechazo a la indagación”.
Salman Rushdie

Creo estar en un margen de verdad, al decir que son las dictaduras los momentos en que se genera más producción crítica a través de la alegoría de la obra de arte, en ese sentido, siempre ha habido una persecución de los opresores para acallar cualquier voz que intente denunciar y hasta exigir un cambio de las conductas depredadoras en las que se ha convertido un sistema, no es entonces la creación de un panfleto, sino de literatura… de la dictadura.

Estamos ahora ante la simulación y el perfeccionamiento de los mecanismos de control para tener sometido a todo un pueblo, para explotarlo de todas las formas posibles. He aquí que lamentablemente, todo tipo de batalla que se esté próxima a ganar, siempre se verá perdida ante la ayuda de todo el poder del Estado y sus cómplices que se erigen como refuerzos para someter la voz que es diferente y los critica.
Hay que hacer referencia por ejemplo que a partir del pretexto del “apego a la legalidad” se utiliza al aparato judicial para perseguir enemigos políticos como el caso de Ricardo Monreal Ávila o intelectuales incómodos como el sociólogo colombiano Miguel Ángel Beltrán Villegas, a quien se le acusa de estar involucrado con la FARC. No es raro, ni sorprende, que ambos personajes perseguidos tengan un compromiso con la izquierda.
El terror radica en que es la propia “izquierda” (como el caso de Amalia García) quien en complicidad con su contraparte decide eliminar a un enemigo que apoya a López Obrador y que un propio gobierno encargado de proteger a los que dotan de conocimiento y rescatan a manera de investigación la memoria de un pueblo (Beltrán Villega estaba investigando sobre la oposición de derecha en el proyecto cardenista de gobierno en los años treinta y cuarenta), son los que lo entregan a las autoridades de su país de origen que sólo busca venganza, por lo que parece que el mensaje es que en México ningún intelectual que es perseguido por un sistema totalitario está a salvo, si usted se exilia busque otra opción, aquí podría ser traicionado y al igual que Cristo vendido por unas monedas.
Se ha utilizado toda la podredumbre que nos aqueja en beneficio de este mismo sistema y como herramienta para desaparecer a los críticos y detractores de una dictadura. Se matan a obreros, líderes sindicales, activistas de derechos humanos o pensadores y es muy fácil no investigar nada, mejor se le echa la culpa al narco, porque lo menos que le preocupa a este gobierno es el número de bajas de cualquier trinchera, la suya o la rival, si es que hay rival y no contubernio.
La otra estrategia es la desacreditación a través de los medios de comunicación, de tal manera que se realiza una campaña sucia, llena de insultos o de manipular las palabras del otro, que ha servido para que no se tome en cuenta ni se respete el derecho del otro a no estar de acuerdo con burdos actos de manipulación, donde se habla de cambios, avances y una nueva generación que viene a ser las cosas de manera diferente, aunque esa diferencia sea sólo por decreto.
Es una lástima que se utilicen todas las bondades de los aparatos institucionales y de los medios de comunicación para legitimizar y justificar la falta de talento para dirigirse como profesional de cualquier área e imponer formas de pensamiento como, “no puedes criticar lo que hagamos mal”, “no tienes derecho a burlarte de nuestra falta de visión”, “no eres nadie para señalar nuestro cinismo y decir que sólo vemos la paja en el ojo ajeno”… ¿No así es el gobierno federal?
Se está ante el riesgo de abdicar (como lo han hecho muchos) ante estas situaciones y este tipo de comportamiento persecutor que son clásicos de gente que apenas tuvo un poco de poder quiere quedarse con él a toda costa, sin trabajar, sólo por decreto y porque nunca habían estado en esa posición, el poder hace que uno se quede engolosinado. ¿No ellos argumentaban que habían sufrido una dictadura de 70 años, hemos soportado ocho, y nos estamos cayendo, a veces callando?
Si revisamos la historia de la literatura, veremos que en tiempos de crisis y deshumanización como este es cuando más se piensa y se toma la pluma como arma en busca de una estrategia estructural de la obra escrita que represente esta nueva forma de caos, es cierto que es más fácil caer cuando se es soldado raso y no general y que ahora existen armas más poderosas y modernas, tanto de corte militar como de medios descomunicativos y tergiversadores que hacen perder terreno.
Aunque ahora también existen herramientas más poderosas para abordar la estructura de la obra literaria. Es entonces cuestión de leer, vivir, reflexionar, escribir e imaginar, aunque al final todos quieran empujar a los detractores de los amigos de la “legalidad” y las “buenas formas” hacia el fondo de la cloaca.

Pie de Foto: Una fotografía más de Carlos Navarrete

Día 7 o los berrinches por la fama: Apuntes de un escribidor


“El cielo de la fama no
es muy grande, y cuantos
más en él entren a menos
tocan cada uno de ellos”.
Miguel de Unamuno


El año pasado el semanario DÍA 7 del periódico El Universal, en su número 400, sacó un enlistado al que tituló 100 escritores mexicanos menores de 31 años, como cualquier enlistado o antología, muchos estaban y otros no, en particular conocía a muchos del listado y de los escritores que conozco personalmente (además de haberlos leído) omitían a tantos, en fin.
El asunto es que algunos con una actitud superflua se molestaron, ya que su nombre no figuraba en esa lista (cuando su preocupación bien podría dirigirse hacia cosas más concretas y reales, como su obra, por ejemplo).
Buscando chivos expiatorios que atenuaran su falta de “fama” (Ja Ja Ja), Jaime Rodríguez señala en su blog que: “Para empezar hay quienes, por puro nombre y apellido, se encuentran en el lugar correcto por pura estética y fonética. Ahí está por ejemplo Enrique G. de la G. o Ivi May Dzib. Entonces ya de entrada el ‘Jaime Rodríguez’ suena un tanto cotidiano comparado contra esos dos”. Bueno, dice esto el joven Rodríguez a pesar de no saber qué hace o escribe G de la G.
El señor Rodríguez, con alguna beca o premio literario (o algún incentivo económico que su obra le haya dado) que seguro ha tenido, ya que por su actitud afirma que debería estar en aquella lista, podría cambiar su nombre en el registro y resolver su problema. Así evitaría dramas de vez en cuando.
El asunto se figura en que al parecer se está en la búsqueda del reconocimiento inmediato, nunca habrá otra cosa que avale una figura que su carrera, pero el término es incluso muy complejo, algunos por ejemplo triunfan en el medio de forma extraliteraria, no sabemos de dónde surgieron a partir de la letra y ya son unos maestros. Aunque bueno, lo que quería decir es que quien avala que un escritor está haciendo un buen trabajo no es un premio, una beca, la crítica, un top ten o un enlistado de un periódico nacional, ya que esto muchas veces suele tergiversarse; y aunque por lo general nos olvidamos de esto, sólo quisiera aclararlo: el que define el proseguir del autor es quien lo lee, nuestro lector (nuestro lector, no lectores), pero como están los canales de distribución institucional eso es un verdadero problema, así que casi siempre los que leen literatura son los que la realizan, la intentan hacer o la promueven, así que, como se dice, sabemos de qué lado masca la iguana y quién es quién en el mundo literario, no pequemos de ingenuos.
Aunque también quisiera señalar que nunca supe acerca de cómo aparecí en aquella lista de DÍA 7 (igual y sí importa la fonética), en primera fue extraño porque la lista se elaboró a partir de los blogs de estos escritores jóvenes y yo no tenía blog, ya que lo inicié tiempo después. Ante eso, en una visita cortés que le hacía a Ileana Garma en el D.F, misma a quien no le inmutaba su omisión, me preguntaba cómo es que me habían puesto en el lugar 31 o 42 o 63, bueno en alguno. Y pos sinceramente le expliqué que no sabía pero que la ficha era errónea. Por ejemplo, Día 7 decía que yo estaba incluido en “Voces emergentes” (Patrimonio Cultural, ICY 2008), cuando en realidad yo y un grupo de compañeros nos opusimos a su publicación, por maquillar a costa de un nombre un trabajo de selección, además de hacer una exclusión sectaria por la verdadera editora que omitió su nombre y cargó el numerito a otra compañera. Ante este antecedente, la publicación de Día 7 me situaba en una incongruencia de postura discursiva literaria en cuanto a mi actuación. Pero bueno, ya se había publicado.
Ahora, si nos vamos a que incluso la ficha de los autores estaba mal, estamos ante un listado que no demuestra nada, más que el afán de sobresalir de algunos excluidos, lo que parece que nos puso en medio de un enfrentamiento en el cual algunos autores se olvidaron de las arbitrariedades con las que se manejan estos procesos y se enfrentan en una lucha, por una legitimización imaginaria.
Aunque si hablamos del listado, que no nos sorprenda que el nombre de Luis Jorge Bonne, Noe Morales, Oscar de Pablo, Nadia Villafuerte, etc., estén ahí, ya que la búsqueda literaria se reconoce, a pesar de que antes de la lista muchos ya fueran muy nombrados.
Lo que sucedió en Día 7 me precipita a pensar que hay que desconfiar de algunas actitudes ridículas de la juventud (literaria), ya que su búsqueda no es la palabra sino la incipiente actitud de querer (a través de un medio de comunicación) estar sentados a la derecha del padre (Borges, Cortazar, Rushdie o cualquier otro)

Pie de Foto: Memorias de una estación de Carlos Navarrete

Armas contra el olvido o la dignidad de la memoria: Apuntes de un escribidor


“Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y corrompido, escribe cosas dignas de leerse, o haz cosas dignas de escribirse”
Benjamín Franklin

La memoria se preserva gracias a los registros impresos, audio, video o el propio recuerdo, hay hcantidad de soportes para preservarla, sin embargo los mecanismos de poder, en un afán de mantener callados y sumisos a los diferentes mundos, quieren hacer un proceso selectivo de la historia en forma mediática. Hay un gran sector de jóvenes de 18 años que no saben por qué 2 de Octubre NO SE OLVIDA, o un grupo derechista de la UADY que pretende pasar por alto que el fundador de nuestra Universidad es nada más y nada menos que Felipe Carrillo Puerto (por humanidad-palabra y escencia vejada- ¿Qué les pasa?), o que le han dado mate al retrato de Benito Juárez en los pinos o que Felipe Calderón nos hundió desde hace años al impulsar el FOBRAPOA y estos son una cantidad mínima de ejemplos de los que está desprovisto el olvido.

La idea aquí es que por la influenza nos hicieron olvidar (y aquí si usted no está de acuerdo con la idea de un complot, orquestado para no opinar, marchar, acusar o pedir mejores condiciones de vida no importa, el resultado fue el mismo: un pasar por alto como se le pasa a la humanidad por encima) las efemérides que le dan sentido a estar de pie en este presente, el pasado de nuestro pueblo, el por qué decidimos permanecer aquí a pesar de que en este país sólo se persigue a los mexicanos mestizos, indios o los que no están disfrazados de bufones del poder.
Durante esta semana del TAPAbocas se pensó que nadie iba a hablar en el Día del Trabajo, esa lucha obrera en que se recuerda que los caídos son muchos y los que reciben los beneficios unos cuantos, pero se salió a protestar (y es que ya no puede vivir este país sin protestas), a pesar de las restricciones ganó la responsabilidad de exigir y demandar lo que debería tener todo pueblo: Dignidad. Lo que nos lleva a pensar que es más prioritario hablar que la propia vida que puede ser cegada por una enfermedad, y lo que es peor, parece ser que el mensaje popular se torna en, “ya no nos pueden matar más de lo que estamos muertos a causa de ustedes”, suena suicida pero real.
Se me hizo acertado y congruente (a nivel personal) el artículo del regidor del Ayuntamiento (no panista, aclaro, para qué descalificar al autor) Carlos Sarabia, publicado en POR ESTO! , sobre La Batalla de Puebla y que se recuerde qué pasó un 5 de mayo, si ponemos en la balanza los muertos por la influenza ante la muestra heroica a la que está dispuesto un país para defender su soberanía y la esclavitud ante una potencia, creo que era más importante la segunda. Este evento (el 5 de Mayo) se realiza en las escuelas, en lugares públicos y se les quitó la oportunidad este año a los estudiantes de intentar reconocerse ante una heroica defensa externa que ahora mismo nos amenaza y que ha destruido al país bajo el disfraz de la globalización, o por lo menos no se tomó la molestia este gobierno espurio de IMPROVISAR un mecanismo para hacernos del recuerdo, sólo ató de manos a todos y encerró a su propio pueblo junto a dos perversos canales de televisión para doblegarlo y proseguir con su adoctrinamiento.
La piedra filosofal de la memoria está entonces en la literatura, única voz que no es apagada por la “legalidad” y la “amenaza” (aparentemente) y nos enseña que la crítica tiene que vivirse desde la ficción, el disfraz que el estúpido e idiota no entiende, el ejemplo proviene desde el Quijote. Aunque atiéndase que esto no es un manifiesto social literario, cada quien denuncia desde su propia trinchera, pero hay obras que nunca nos harán olvidar la estructura amenazante que ahora impera. Un 5 de Mayo, la Heroica Batalla de Puebla, tampoco se debiera olvidar.

PIE DE FOTO: Un agradecimiento al fotógrafo Carlos Navarrete, por darle imagen al texto.

Un diálogo con la inmoralidad, o revelación de cómo murmuran los sistemas electorales

(Una sala de juntas, una conferencia a la que al parecer no asiste nadie, bueno sí, una estudiante, la cual a toda prisa intentará entablar un diálogo, en realidad lo que le importa es la respuesta a una pregunta que le es muy difícil plantear)

Estudiante: Señor, su libro “Así lo viví” ¿es una burda ficción o pretende ser el testimonio de lo que ocurrió en las elecciones del 2006, de la cuál usted fue el mayor cómplice?...
Señor U: (Silencio)
Pregunta: En realidad tengo muchas preguntas, sé que usted no tolerará la increpación por mucho tiempo, así que intentaré ser breve para resumir las preguntas en una sola. Hablo en primer término sobre la ficción para poder saber cómo abordar su libro, ya que como ficción creo que sí está bien imaginado y crea usted su propio mundo (como cualquiera que recurre a la creación literaria) a pesar de hacer alusión a nombres reales de partidos políticos y quienes lo integran, aunque debo señalarle que su historia es en muchos momentos poco creíble. Si es ficción no me tengo por qué quejar de los hechos a pesar que estos sean inventados, es decir, por ejemplo, yo no cuestiono que uno de los mejores entrenadores de perros Pastor Belga Malinois en América Latina sea un hombre inmóvil –es decir, un hombre que está imposibilitado para moverse-, esto según la realidad que crea Mario Bellatin en “Perros Héroes”, y no lo cuestiono porque la lógica interna de esa novela está bien estructurada, por lo mismo al estar dentro de esa ficción el mundo descrito se torna verdadero, a lo mejor no es real pero la verdad impera y es verificable en los silencios, por lo mismo es algo provisto de verdad, ya que el creador-autor sabe elegir sus palabras, usted en cambio no y aún su universo creado sigue argumentándose en una mentira. Ahora, tal vez me equivoque y efectivamente sea su texto un testimonio que pretende ser real (aunque tampoco sería verdadero), la historia de su vida, pero déjeme decirle que a veces no hay que aventarse a señalar lo que pretendemos o no pretendemos al escribir algo. Por ejemplo, usted ha insistido de forma pública y en diversos medios de información que su libro no pretende ser ni una justificación ni una defensa, pero entonces creo que su producto testimonial le salió muy mal, porque lo que no pretendió ser termina siendo, además de ser una justificación-defensa incompleta con la promesa de anexos -que al parecer aún no inventa o ficcionaliza- que avalarán sus palabras. En esa misma observación usted habla de que en su libro se encontrará una reflexión profunda de los sucesos, pero en realidad más que reflexión profunda vemos nada más su filosofía de vida que lo ha llevado a cargos tan importantes amparándose de esa “legalidad” que permite invadir países, imponer gobernantes, sistemas y ampararse bajo el cobijo de los poderosos a los que sirvió, por lo que la “reflexión” termina siendo solo un personaje incidental.
(El Señor U permanece con la vista fija al horizonte, sonriendo como si escuchara de forma atenta el discurso de la que pregunta)

Estudiante: Usted dice que después de lo que le dijo el PRD al saber el resultado que avaló el IFE, había visto lo que le sucedería al país en los próximos días, meses y tal vez años: sangre. Ahí usted la hizo de profeta, porque efectivamente hemos visto millares de muertos por una guerra sin estrategia, pobreza e intolerancia ante las manifestaciones en contra de los que nos gobiernan y recortes abruptos de presupuestos para que ustedes puedan mantenerse con lujos y todo esto se traduce a sangre, y esa sangre no es por culpa del partido del sol azteca, sino por la decisión que usted avaló, este incluso podría ser un buen tema para su próximo libro, aunque bueno, no creo que le interese la pobreza ni la represión.
También usted se pregunta “¿Quién es responsable de la duda del 2006, el acusador que distorsiona la realidad o el que dio respuestas tardías?”. Efectivamente usted habla de AMLO como distorsionador de la ¿realidad?, pero ¿no cree que en su análisis profundo debió de haberse planteado que la guerra sucia en contra de AMLO fue una distorsión de la realidad? Habla usted sobre la distorsión de la realidad distorsionándola, creo que en esta pregunta sobre responsabilidades usted más que verse con un discurso complejo y conciliador quiere que nos traguemos un cuento chino en base a un trabalenguas. Bueno, el asunto es que usted habla sobre quién tuvo la responsabilidad de la duda en esa elección y a la vez que se pregunta, se responde y absuelve al IFE que usted dirigió de los problemas de fondo, ya que asegura: “La falta de confianza no son los errores del IFE, sino las estrategias de un candidato por desacreditar una elección”. Aunque basta decir que usted ya no es juez, lo corrieron, como para emitir semejante juicio y así lavarse las manos.
También habla de la molestia de Fox y Gordillo por no dar a un ganador la noche del 2 de julio y su “valentía” al no tomarles la llamada e incluso contradecirlos, aunque bueno, como no hizo el trabajo completo, ya que poco inteligente usted no es, pos cualquiera se molestaría si no le cumplen, ¿A cuánto ascendió el cheque?, porque no era en blanco, así que no sé en dónde está la sorpresa tanto en esas llamadas como en su respuesta, la simulación es parte de su estrategia política. Sin embargo, usted se esfuerza por justificar sus acciones, pero las palabras lo delatan, por ejemplo, habla usted del apego a la “legalidad”, sobre todo en lo referente a la guerra sucia en contra de AMLO, ya que cuando el TPJF la prohibió, orgulloso señala que el IFE respetó la decisión y que usted le dijo a Calderón: “Los magistrados QUIEREN (detener la guerra sucia), sino lo hacemos nosotros lo harán ellos”. La pregunta aquí es ¿Usted no quería? ¿Se divertía dividiendo al país, generando conflicto, dejando que los empresarios metieran sus manos y su dinero a favor de un candidato, que los programas federales se usaran como apoyo para el partido en el poder? ¿O sea que hasta que alguien superior dijera algo ustedes iban a acatar, como si esto los hiciera ver que no querían molestar a sus amos en sus estrategias sucias? Porque aquí es importante aclarar que aquella desconfianza de la que usted habla, la duda de la que usted hace mención, ¿quién la generó? Creo que esencialmente usted y el IFE al no fungir como árbitros, al dejar que todos hicieran lo que quisieran en contra del que mejor cosas había propuesto. No es de asombrarse que hubiera resistencia civil pacífica, ni que haya ahora un movimiento popular que cree. Pero bueno, veo que usted ya tiene intención de marcharse y no seguir escuchando. Así que mi pregunta es ¿Qué pensaba usted ante toda la desigualdad y la unión del Gobierno Federal, las televisoras y los que he mencionado al crear esa guerra sucia siendo usted el árbitro, qué sentía usted, cuál era su sentimiento?
(El Señor U sigue mirando al horizonte, sonriendo como si escuchara de forma atenta el discurso de la que pregunta, no habrá respuesta, al igual que muchos El Señor U no responde, sólo sonríe, como hacen los idiotas)

Alphonse, el poderio de la imaginación y la palabra: Apuntes de un escribidor


Si por alguna remota
posibilidad del azar
Un hombre cruzara su camino con el niño que fue y si ambos
Se reconocieran
el uno al otro, se derrumbarían hasta el suelo,
El hombre de desesperación, el niño de pavor.

Wajdi Mouawad, Alphonse. Pp. 8

Es lo importante, si hay algo que nos da vida, es que el texto dramático y la ficción nunca dejarán de sorprendernos, hoy te quiero contar, a ti, precisamente a ti que siempre te das tiempo para escucharme, lo último que he leído, pensé en ti porque supe que a ti también esta lectura te causará esa emoción que sólo sucede cuando regresas a la fantasía, y que después irás a contárselo a ese que quieres y que también es mi amigo, discúlpame, no recuerdo cómo se llama, pero sé que también es un lector.
Hoy te quiero hablar de “Alphonse”, al principio no se me quedaba el nombre del que había escrito esta obra, ahora libro en mano puedo decirte que se trata de Wajdi Mouawad, hombre diaspórico como muchos de este siglo y el pasado: “Libanes en su infancia, francés en su forma de pensar y quebequense en su teatro”.
Esta es una dramaturgia para niños, adolescentes y adultos, donde encontramos que hemos perdido la capacidad de imaginar, de buscar en lo invisible. La obra inicia el día que Alphonse no regresa a casa. La familia espera, se descubre lo que pensaban de Alphonse todos cuanto lo rodean, desde sus padres, hermanos, profesores, compañeros de escuela, su mejor amigo, el vecino y la niña a la que quiso y ama. Sólo es al final que Alphonse toma posición en cuanto a lo que se decía de él.
Y hay una cosa en la que todos congeniaban, la capacidad de Alphonse de contar historias, inventarlas, imaginarlas. Lo tachan de charlatán, de soñador, de manipulador, como a veces le dicen a tantos. Pero Alphonse tenía un amigo con el que se alimentaba de estas historias, Pierre-Paul-René: un niño salvaje, muy dulce, monocorde y que no se sorprende con nada. La primera vez que Alphonse vio a Pierre-Paul-René fue cuando quería ir por un vaso de agua, el temor a la oscuridad y enfrentarse a ella le regaló nuevas aventuras. Pero Alphonse camina a través de su historia, que es la de muchos niños, muchos niños a los que tú y yo hemos oído y muchas veces no los entendemos, aunque les leamos, su imaginación es perpetua e inalcanzable.
Alguna vez me preguntabas por qué aquel autor (no recuerdo cuál, hemos leído tantos) escribía sus obras sin ponerle nombre a sus personajes y utilizaba sólo un guión, además de ninguna indicación que nos ilustrara los lugares y los movimientos de lo que en la obra estaba pasando, y recuerdo que te di una larga respuesta.
Ahora a lo mejor me vas a preguntar por qué “Alphonse” parece más una novela o un cuento largo que una obra teatral (sólo a la vista del lector, porque de teatro “Alphonse” lo tiene todo). Sólo te puedo responder, sin el afán de adoctrinar o ilustrarte, sólo con la intención de que me creas ( yo mismo lo creo), que el dramaturgo regresó al teatro con mayor fuerza, parece que en un aíre conciliador le permitieron todo y muchos de ellos lo han aprovechado; pero los narradores y los poetas muchas veces no se preocupan por observar, que los modelos de escritura dramática han cambiado, hay nuevas formas, hay riesgos, pero permanece la esencia, la escena y la imagen de la palabra, nos apropiamos de sus formas y las usamos en pro del discurso de la acción.
Quisiera poderte decir más de “Alphonse”, de la dramaturgia y de otras cosas, pero sé que ahora estás dormida y desde hace un rato no me escuchas, así que para eso te escribí esta carta, para que la leas, la carta y también el libro. Ya no diré más, ambos estamos cansados y nos faltan las palabras.
(Mouawad, Wajdi. “Alphonse”. Traducción al español Boris Shoemann y Hugo Arrevillaga. Los Textos de la capilla, Dramaturgia Internacional Nº 6. México en Escena, FONCA, Teatro La Capilla. México, D.F., 2009.)

viernes, 1 de mayo de 2009

Echeverría, Fujimori, Bush, Fox e invitados presentan “Crímenes de lesa humanidad” : Apuntes de un escribidor


Es increíble la capacidad
de resurrección de los hijos de puta en el mundo.
Eduardo Galeano

Después de hacer una lectura de los evangelios (a falta de computadora), hice una retrospectiva de algunas obras leídas que hablan sobre este tema, como el “Evangelio según Jesucristo” de José Saramago, “Jesucristo Gómez” (la versión teatral del “Evangelio según Lucas Gavilán”) de Vicente Leñero y “Barrabas” de Par Lagerkvitz, por citar algunos.
Eso me llevó a pensar, y también a asumir, que la capacidad de respuesta de Cristo (en los evangelios) ante la injusticia y la ambición de los maestros de la ley es impresionante y a la vez de un carácter socialista. Es una lástima que los preceptos que estaban destinados a la ayuda de un pueblo y a la justicia social, hayan sido (y son) aplicados por gente corrupta que los utilizó para enriquecerse, matar y adoctrinar a favor de sus intereses arribistas.
Lo anterior no obedece a un renacer personal en la creencia católica, ni una conversión fundada por las celebraciones que ahora se nos presentan, en donde la figura de Cristo está en auge, sino que quiero hablar de esto porque a partir de los fundamentos de otro (por lo general siempre alguien que con todo honor debería de ostentar el título de Maestro) y bajo el engaño de un bien común se cometen los mayores crímenes contra la humanidad, pero no se respeta nunca a la figura de la que se hace alusión. Y esto es desde Hitler que citaba a Nietzsche, Stalin a Marx, hasta los católicos y otras religiones que se escudan en la figura de Cristo.
Pero más allá de esto también quisiera hacer hincapié en que la impunidad y los crímenes contra la raza humana al parecer nunca se pagan. No basta con pedir una disculpa pública como alguna vez lo hizo el Vaticano, cuyo titular aun en África sigue condenando a los que utilizan un condón, como si la voluntad divina los librara de la enfermedad que azota al continente.
Aunque ahora la historia abrió un paréntesis: Fujimori ha sido condenado a 25 años de prisión, su hija señala que eso sólo muestra una actitud de odio, persecución y venganza, aunque bueno, ¿qué esperaba? Si el mandatario ordenó y estructuró una matanza contra personas (que tienen familia, amigos, pero sobre todo una historia personal de vida) a pesar de que él sólo los viera como estadísticas.
El asunto es que esto no se trata de venganzas, ni del “ojo por ojo y diente por diente”, sino de tratar de equilibrar las cosas para no caer en la cerrazón y en la deshumanización también en este siglo.
Se nos hizo pensar en la justicia divina y que en la otra vida todo se pagará, aunque nunca nos han monitoreado la forma de cómo los otros están pagando en la otra vida sus crímenes.
El asunto es condenar, los magistrados se retractan (negociación de por medio, claro, compra-venta de impunidad y ejemplo de que se puede tener licencia para aniquilar a los otros), si no lo hacen, estaríamos entonces ante un precedente necesario en Latinoamérica, esto es algo que ya muchos han señalado, pero que me gustaría reiterar a partir de estas letras.

Porque desde ahí arriba (desde el poder), se nos mira como diciendo “es que ese pinche chamaco piensa así porque no sabe qué es dirigir una nación”; “para dirigir un país se necesita huevos y tomar decisiones drásticas, no utopías de índole social” o “Hay que preservar la paz social y evitar el anarquismo a toda costa, si no, nos veremos amenazados en el comercio exterior”.
Conocí a una persona hace muchos años, a quien por X o Y no he podido volver a frecuentar (y de quien guardo algunos gratos recuerdos), que se había visto beneficiada por el gobierno de Echeverría, al menos de forma monetaria en el aumento de su sueldo. Ella me comentaba que lo de Tlatelolco fue necesario, ya que con esto se evitó una guerrilla y que México no estaba en condiciones de tenerla, que el desarrollo del país se debió a esa decisión.
Algunas veces, sólo por el afán de no hacer coro, le dije este argumento a gente que decía “2 de octubre no se olvida”, aunque no supieran por qué, ellos quedaban fascinados con el argumento y ante su incapacidad de generar discurso dudaban de la veracidad de la matanza.
Pero esto no es nada complejo, sólo hay que saber sumar, es mejor que caiga uno, dos, tres, cuatro, cinco o seis, a que lo hagan decenas, centenas, miles o millones de personas. Porque siempre es un gran grupo que pide la cabeza de un pequeño sector (aunque eso de la cabeza es una metáfora, sólo piden una mejor opción, el grupo en el poder en cambio toma lo de la cabeza de forma literal y contraataca, ahora sí cortando cabezas y vidas), si hubiera un poco de coherencia se debería de ceder en vez de eliminar, en el 68 no se hizo. Ante la incapacidad de ser abierto se optó por el dolor y la represión que sumió en un luto clandestino al país, porque se aparentó que no había pasado nada y que nadie debería llorar.
Lo que se pide entonces es mínimo un poco de “huevos”, pero bueno, si el Vaticano pidió perdón y reconoció todo el daño que le había hecho a la humanidad y los crímenes atroces que había cometido contra ella, fue a sabiendas de que no se le habría de hacer nada, al contrario, dirían “que humildes, hasta ellos reconocen que pecan (y pa´ pecaditos)”. Al igual que Díaz Ordaz, quien asumió toda la responsabilidad por lo de Tlatelolco, pero qué le iban a hacer, era el mandamás (Y lo peor es que no podemos decir en es tispm, ya que ni ahora se juzga al presidente,m sólo al brandy). Al contrario, Echeverría, Fujimori, Bush, Fox y muchos otros carecen de valor, apelan una sentencia (legal o popular) que es evidente, aquí no es que se quiera ensuciar la imagen de nadie, ni que permee el odio, sino que hay millones que han sido directamente afectados: hombres y mujeres, niños y niñas que merecen el consuelo de la justicia.
Finalmente no es mi intención cansarle con la exposición de la larga deuda que se tiene contra la humanidad, aun como un simple escribidor adscrito a la ficción de la palabra, sólo creo que la resurrección se ha tornado como una promesa infinita y que escribirla nos hace no bajar la cabeza, aunque intenten cortárnosla.

Pie de foto: Revista Por qué?

Himmelweg y el perverso juego metateatral de Juan Mayorga: Sobre la dramaturgia necesaria

Se pronuncia “ji-mel-beck”. No es una palabra, son dos palabras. “Himmel” quiere decir “cielo”. “Weg” es camino. “Himmelweg” significa “Camino del cielo”.
Himmelweg, Juan Mayorga, (pp. 3)

Según palabras del doctor y teórico español José Luis García Barrientos, “Juan Mayorga es el autor mejor situado para presidir el teatro español de la primera mitad del siglo XXI, y puede que su consagración arranque precisamente con esta obra, “Himmelweg”.

Si el dramaturgo regresó definitivamente al hecho teatral en las últimas décadas del siglo XX lo hizo con mayor fuerza, tanto que al menos hoy es definitiva, Mayorga precisa de forma matemática y filosófica lo inhumano de las guerras y las sociedades, no basta con decir que es dolor con el que un lector o espectador se encontrará al tener de frente esta obra, la recepción va más allá.
En esta dramaturgia se habla de los campos de exterminio de la Segunda Guerra Mundial, alemanes que matan judíos y los despojan de cualquier indicio de esperanza. A pesar de que en la memoria se tengan productos artísticos de impacto que reflejan estos hechos, al menos a nivel cinematográfico, como “La lista de Schindler” de Steven Spielberg o “La vida es bella” de Roberto Beningni, “Himmelweg” se sitúa en otro renglón, a partir de una estructura con las formas metateatrales (es decir, el teatro dentro del teatro), este texto se torna con una impresionante fuerza y habla no sólo de los judíos, sino de la simulación y al engaño a la que está expuesta y es víctima la humanidad. Vivimos en un estado simulado.
En Mayorga no veremos ni una bala, ningún tipo de agresión física, pero sí la aberrante sordidez de la crueldad mental, la simulación, el engaño, la destrucción y la desesperanza a partir del juego pasivo que conlleva a la ceguera de la humanidad, misma que ha dejado de ver para convertirse en cómplice-testigo del exterminio.
Me es imposible contar la historia tal y como la veo, llevaría por lo menos cuatro cuartillas y un tratado, iré tan sólo en los puntos esenciales para que usted lector decida si quiere aventurarse a conocerla toda.
Un español delegado de la Cruz Roja, el cual es una persona que realmente se ha comprometido a servir y ayudar a los caídos en guerra decide visitar e inspeccionar las condiciones en la que viven un gran grupo de judíos en un campo de concentración. El delegado logra entrevistarse con el comandante a cargo y para su sorpresa, éste no lo echa del lugar, sino que al contrario, le permite visitar todos los sectores del lugar y tomar cualquier tipo de fotografía para que le enseñe al mundo lo que sucede ahí.
En el campo de concentración los judíos viven en aparente paz, nadie es maltratado, nadie lleva uniforme de prisionero, al visitante se le presentan “escenas” de la vida cotidiana que hacen parecer que los Alemanes son todo lo contrario a lo que se dice de ellos, más en cuanto a su visión amenazante contra los judíos.
El comandante le dice que él también ha escuchado los comentarios absurdos sobre matanzas y crímenes inimaginables. El delegado a pesar de sus buenas intenciones no ha podido ver nada fuera de su lugar, ni tampoco ha tenido el ojo clínico para desenmascarar las posibilidades del odio y estrategias que puede llegar a construir la mente humana.
Pero ¿qué ha pasado? ¿Por qué nada de lo ya sabido sucede en ese campo de concentración? Bueno, el asunto es que, el delegado de la Cruz Roja presenció una bien orquestada obra de teatro.
Según el propio autor, el comandante que dirige el campo ha puesto en práctica el sueño que ningún director de escena concibió jamás: La obra de arte total. El comandante sólo ve y piensa en el arte, no hay compasión en su mirada, todas las vidas judías que se encuentran en ese campo están a su disposición, le pertenecen y los dirige, como a los muñecos en las manos del titiritero. Hay otros personajes que amplían las lecturas, los personajes oprimidos también hablan, y de qué forma. Todo a partir del montaje.
La calidad dramatúrgica de Mayorga nos lleva hacia estragos irreconocibles de lo que es capaz la naturaleza humana y su estructura de composición es envidiable, no deja cabo suelto pero sí lecturas abiertas, narración, descripción y acción, una obra digna de este siglo.
“Himmelweg” es una obra que atenta contra la pasividad, a pesar de que se valga de ella, me es imposible superar las palabras del maestro García Barrientos que señala en la presentación de la contraportada: “Obra de una dureza casi insoportable, mitigada por la mirada oblicua y el derroche de inteligencia. Incursión en el infierno de la inhumanidad, que nos hiere de muerte tanto como nos cura el milagro del arte. Pura y gran literatura. Teatro grande y genuino. “Himmelweg”.
Juan Mayorga es dramaturgo, ensayista, filósofo y matemático. Miembro fundador del grupo Astillero. Ha escrito “Siete hombres buenos”, “Más ceniza”, “El jardín quemado”, “Cartas de amor a Stalin”, “El Gordo y el Flaco”, “Animales nocturnos”, “Últimas palabras de Copito de Nieve”, “Job”, “Hamelin”, “El chico de la última fila”, “La paz perpetua” (Premio Valle Inclán 2008), “La tortuga de Darwin” y “El elefante ha ocupado la catedral”. También ha escrito versiones sobre textos de Calderón de la Barca, Lope de Vega, Durrenmatt, Lessing, Dostoievski, Valle Inclán e Ibsen, recibió el Premio Nacional de Teatro 2007.
Un autor como los hay muy pocos, hablan de grandes temas por su importancia y los estructuran de igual forma, un autor necesario, por lo que no debería dejar de pasar la oportunidad de volcarse a leerlo.
(Mayorga, Juan. “Himmelweg”. Ediciones y producciones Paso de Gato. Cuadernos de Dramaturgia Internacional número 1. México, D.F 2008. Pp. 39.)

El tendedero o del por qué confiar en los niños: Sobre las artes escénicas



Si las palabras se las lleva el viento, las imágenes muchas veces permanecen en la memoria, sobre todo si la imagen es concretada por lo que en un futuro será la conciencia teatral. Lo anterior es en referencia a la obra “El tendedero”, la cual estuvo a cargo de la compañía de teatro infantil “Sak Bej”, misma que dirige Julio Jiménez y la cual se presentó el domingo 12 de abril en el auditorio del Centro Cultural “Olimpo”.
Julio Jiménez se ha dedicado y se dedica, al teatro para niños y al teatro con niños. Cuando me fui a Morelia hace unos años a tomar unos talleres de dramaturgia, la maestra Verónica Maldonado me preguntó si conocía el trabajo de Julio Jiménez. En realidad su trabajo ha sido un referente sobre el trabajo corporal y los discursos y recursos a partir del cuerpo y la música.

La maestra Maldonado me preguntaba sobre su trabajo ya que fue el mejor que se presentó en la Muestra Nacional de Teatro de Niños en Chiapas.
Ese primer lugar que se llevó Yucatán en el 2006, lo refrendó en 2007 y 2008. Este último año presentó una adaptación de la obra “El gordo”, de Oscar Liera, pero sin palabras.
En “El tendedero”, Jéssica Cervera, Pilar Arjona, Karime Gamboa, Mariana Ceballos, Sugey Vázquez, Odette Gómez y David Zupo, nos muestran las posibilidades (y capacidades) de interpretación que los niños pueden llegar a tener: gesticulación, calidad de movimiento, ritmo, presencia y plasticidad corporal, pero sobre todo podemos ver cómo los niños se divierten y juegan sobre el escenario.
Julio Cortázar señalaba que para él, el sentido de la literatura (mismo que se podría traducir a cualquier tipo de arte) se basaba en el juego, pero el juego como un sentido de responsabilidad.
Señalaba el otro Julio, que los niños al momento de tomar una escoba y convertirla en un caballo, el sentido de verdad cobraba forma. La responsabilidad y la seriedad está entonces en que el niño asume el juego con un sentido de verdad que muchos de nosotros hemos perdido. Para el niño la escoba nunca será una escoba, sino el caballo.
Todo el juego escénico que se vio el pasado domingo en un tendedero cobraba vida a partir de las prendas que se colgaban en él, mismas que al momento de ser resignificadas nos transportaban a situaciones, personajes y ambientes que eran asumidos con ese sentido de verdad en el cual los espectadores (también niños) se involucraban.
Con los cuerpos y las prendas pudimos ver vampiros, una boda, una vaquería, un camello y hasta el mar, que convergían en un espectáculo cuyo mayor mérito fue ver las capacidades histriónicas de los niños sobre la escena.
Si bien a veces las pasiones se desbordaban, el control del cuerpo, la gesticulación y la precisión son cosa de tiempo.
Al término de la función Julio Jiménez me platicaba sobre la desconfianza que existe en el teatro de niños, y es una desconfianza que se ha generalizado por los mecanismos de mercadotecnia a los que recurren los que realizan este tipo de espectáculos, ya que muchas veces los que dirigen estas obras abogan más por el carisma del infante que por brindarle una formación. Parecería que al niño hay que dejarlo con sus habilidades natas y no encauzarlo por el camino seguro, lo que ha desencadenado espectáculos mal elaborados y dirigidos que han hecho pensar al público que el teatro de niños es una obra a la que hay que verla con ternura y sin un sentido crítico.
Al actor hay que protegerlo y no exponerlo sobre la escena. Julio Jiménez realiza un trabajo de formación en el que asume las posibilidades que tienen los niños para construir el espectáculo y los protege con el mejor recurso que podría tener, una buena dirección escénica.
La obra “El tendedero” es un viaje por los rumbos inexplorados (al menos por los adultos) de la imaginación a través del juego, sin que sea un espectáculo de pantomima. Con coreografía de Nadia Zupo y dirección de Julio Jiménez, esta obra es la oportunidad para que los niños se encuentren con otros niños y se den cuenta que el juego también puede estar sobre el escenario.
(Compañía de teatro Zak-Bej presenta “El tendedero”: con las actuaciones de Jessica Cervera, Pilar Arjona, Karime Gamboa, Mariana Ceballos, Sugey Vázquez, Odette Gómez y David Zupo. Coreografía: Nadia Zupo. Dirección: Julio Jiménez).


La escritura y la imagen del imaginario: Apuntes de un escribidor


“La escritura es mejor que tú... lo que se escribe está muy por encima de la persona”
Mario Bellatin

Nunca he creído en la grandeza moral de los escritores, ni tampoco en que se tenga que ser sórdido, bohemio o arrogante para llegar a serlo (más bien creo que ese abanico de posibilidades no viene siendo más que una decisión personal). En realidad, para mí, ser escritor tiene que ver con la posibilidad de asumir mecanismos de percepción en el que sea uno capaz de rebatir, debatir y asumir todo, hasta nuestra propia postura al momento de plasmarla en letras.
Muchas veces he visto con miedo y otras con resignación, cómo algunas personas se valen de lo que supuestamente se dice del autor o de sus desfalcos personales (como verlo borracho en una comparecencia pública o haber tenido un lío amoroso en donde salió a relucir que más que un macho era un sentimentalista) para desacreditar sus posturas ante el mundo y a veces hasta su propia obra estética.

Lo trágico de esto es que entonces condicionamos la obra a partir del acto cotidiano del autor, cuando la escritura lo que realmente pretende es alejarse de la actividad ordinaria. Cierto es que se utilizan los actos cotidianos en las obras literarias, pero se resignifican y cobran vida de otra forma, entonces, ¿por qué insistir en querer ver en la obra al autor y su quehacer diario?
Y he aquí el ejemplo de calidad moral: Edgard Allan Poe resultó un borracho, opiómano e incestuoso pedofílico; Rimbaud traficaba con esclavos y armas; Burrougs mató a su mujer jugando al Guillermo Tell y tan pasado estaba que le falló la puntería; aún así, lo narra en su obra. Heiner Muller delató a los que estaban en contra de un régimen, llevándolos directamente a la muerte; el Marqués de Sade vejó a tantas mujeres que gracias a él se acuñó el término sadismo. La lista puede trasvolarse a varios continentes y tendríamos que empezarnos a cuestionar si estos actos “inmorales” o “incorrectos” no tendrían que ver con el proceso creador de la escritura (en realidad todo acto para un escritor tiene que ver con la escritura, pero más el acto de escribir).
Creo que no hay que hablar de una vida ejemplar como ciudadano cuando nos refiramos al escritor. Esto ha sido un recurso que la política ha utilizado para crear imágenes de amigos o enemigos (exponer de forma pública las adicciones y yerros de sus contrincantes), cosa que en el mundo literario también se da, porque entonces se dice: “no le hagas caso a ese autor, es un borracho”, o “además ni se viste bien, cómo va a ser escritor”.
Un político tiene que dirigir una sociedad, entonces que se exponga al que maneja las riendas de un país, estado o comunidad. Un escritor no gobierna a nadie, más que a sí mismo y a veces ni eso. Escribir es un acto de soledad que no tiene que ver con la cuestión pública. Del escritor que se vea su obra, que se le reconozca por eso.
Sin embargo, también da miedo pensar que puede ocurrir todo lo contrario, que alguien sea más conocido o reconocido por sus actos morales y su excelente vestimenta y en realidad nunca nos enteramos (o más bien no nos quisimos enterar) que tenía una obra literaria.
Aunque este modelo bien que argumentará, “vestir bien cuesta”, “comportarse en sociedad es todo un reto”, “frenar los impulsos y tener una doble moral no se lo deseo a nadie”, pero bueno, “todo sea por ser escritor”.
Toda esta palabrería tiene una idea: la escritura es superior a quien la produce. Muchas veces es mejor quedarnos con ella. Obviamente hablamos de los buenos escritos, porque no todo lo que brilla es oro y no todo lo que está contenido en un libro está inscrito en el poder de la palabra.
He conocido a escritores realmente soberbios, arrogantes y como se diría por ahí, aquellos que se creen una gran mierda. Mucho los he cuestionado, pero lo peor de todo es que cuando los leo me desarman, porque a pesar de todo son excelentes. ¿Qué hacer contra eso? Sólo caminar y meterme en la cabeza las palabras: “La escritura es mejor que tú... Lo que se escribe está muy por encima de la persona”.
Aunque también me ha sucedido todo lo contrario. En muchas ocasiones he conocido a otras personas arrogantes, soberbias y caprichosas, capaces de presumir a sus mujeres, dinero y conectes en el mundo del arte, pero me pasa que leo sus obras e intentó buscarle tres pies al gato. Después de tanto buscar, pos resulta que esas personas no tienen nada qué decir, sus libros o publicaciones están construidos como las obras públicas de muchos gobiernos azules: se caen a pedazos. Entonces los veo borrosos y me explico que esa idea que tienen algunos en el imaginario sobre el escritor arrogante y ególatra ha sido mal empleada y ha causado estragos.
Es entonces cuando camino y ya no sé qué pronunciar. Efectivamente, lo que se escribe está muy por encima de la persona, pero eso vale para los escritores. En los niños (muy pequeños) por ejemplo, no se puede aplicar. ¿Es mejor el niño porque aún no escribe?
Pero en fin, esto son sólo elucubraciones de un escribidor. Con el paso del tiempo, los libros y las vivencias se reestructurarán estas peroratas.

El vuelo de Cliserio y la migración en el teatro para niños: Sobre la dramaturgia necesaria.



Obsesionado por saber que se sentía volar,
un joven campesino apagó su tractor,
se echó un buche de coraje y subió de polizón
al fuselaje de un DC-3 que despegaba rumbo a la ciudad de México.

A partir de esta anécdota real, ocurrida en Torreón a mediados del siglo XX, el sociólogo y músico Frino escribe su primera obra de teatro, la cual titula “El vuelo de Cliserio” y con la que se hizo merecedor del Premio Nacional Obra de Teatro Para Niños 2007 que convoca el Instituto Nacional de Bellas Artes a través de sus Premios Nacionales de Literatura.

La importancia de este premio radica en que los apoyos que se otorgan a la dramaturgia para niños son escasos, en nuestro Estado por ejemplo son nulos y este premio que año con año se convoca es un escalón importante para dar a conocer las propuestas del teatro que se escribe para los pequeños.

El vuelo de Cliserio es una obra que habla sobre la migración, el arraigo a la tierra y el campo, los sueños de un joven campesino habitante del norte de México que quiere volar, sentir lo que sienten los pájaros al alzar el vuelo, esta obra es la travesía de Cliserio que va en busca de sus propias alas.

Un pato llamado Fender que se pierde rumbo a Canadá cuando va a migrar, el cual lleva indumentaria de aviador de los años 30 (lentes, bufanda, chamarra y gorro) y carga un morral de cartero, debido al cansancio se estrella en la milpa de Cliserio y queda inconsciente, el joven campesino ayuda al pato y lo lleva a casa de su novia Atzimba para que se recupere.

Cliserio además de la compañía de Atzimba tiene como amigo a López, un viejo cacto que vive en la milpa y que es muy sabio, López conoce la historia del lugar mejor que las mismas piedras, además de llevar un sombrero norteño, una barba blanca y un paliacate en el cuello, López es como de la familia ya que ha conocido toda la ascendencia de Cliserio y es parte de la tierra.

Los padres tanto de Cliserio como de Atzimba se han ido a trabajar al otro lado (al igual que muchos hombres de la población) debido a la problemática que enfrenta el campo, uno de los grandes problemas que enfrenta México es expuesto a los niños a través de esta obra y se explican las diferencias de emigrar y ser mojado.

El pato Fender provoca que se avive el deseo de Cliserio por volar, el pato es un gracioso fanfarron que narra sus aventuras en el aíre, Cliserio no se podrá quedar con las ganas y recurre a ideas absurdas como construir una bicicleta que pueda hacerlo volar (el Cliserióptero), idea original del pato Fender, lo cual sólo provoca la burla de los vecinos, la reprobación de Atzimba, el descontento de López y que descuide su trabajo en la milpa.

En cuanto a la tierra, el señor Alatriste, dueño de Aerolíneas Lamsa, quiere comprarle su parte a Cliserio para ampliar sus pistas de aterrizaje, el señor Alatriste habla de la modernidad, desprecia la milpa y menosprecia al campesino cuando éste le cuenta sus sueños de volar.

Cliserio incluso llega a plantearse el vender la tierra para ir en busca de su sueño, pero López le advierte que la tierra no tiene precio ya que es significativa, en primera porque ahí se encuentra enterrado su abuelo. López en su afán de que Cliserio desista en su sueño-obsesión de volar, recurre al mito de Ícaro para explicarse lo peligroso que puede llegar a ser aventuras como esa, tener alas y no saber cómo usarlas.

En realidad todo lo expuesto con anterioridad es sólo una simplificación de la historia que construyó Frino a partir de una anécdota real que señalamos al principio, si a usted le interesa conocer el destino de los personajes o busca una lectura apropiada para niños que hable de temas serios (y necesarios) con un lenguaje pícaro, lleno de esperanza y fantasía, acuda a este libro, no se arrepentirá.

La obra de Frino tiene la virtud de que cada personaje tiene un habla particular, propio (lo que técnicamente llamaríamos idiolecto) que nos permite conocer diferentes puntos de vista en cuanto a un mismo tema y le da una diversidad lingüística a esta obra dramática, la obra está llena de referencias a personajes y libros de la literatura y al cancionero mexicano popular que son fáciles de ubicar dentro del imaginario, los chistes que se manifiestan a lo largo de la obra son sencillos, pero la particular actitud de los personajes nos permiten doblarnos a carcajadas.

Los recursos visuales que Frino emplea en la obra son sumamente interesantes y de una dinámica teatral que desde la lectura se puede imaginar la puesta en escena o hacer una concepción de ella.

Sólo queda señalar que este es un constructo dinámico, de esos que se necesitan para atraer a los niños al hecho escénico, pero sobre todo es una construcción que explora los temas más complejos del norte mexicano, de las realidades fronterizas y del campo, no es una obra llena de lugares comunes a las que muchas veces se remiten la explicación de estas realidades, sino que es una obra para volar y encontrar nuestras alas.

(Frino, “El vuelo de Cliserio”. CONACULTA, Colección Bosque de silencio. México, D.F. 2008. Pp. 78. Ilustraciones de Jorge Paniagua)

lunes, 30 de marzo de 2009

El Día Mun dial del Teatro y la alta traición al gremio de Yucatán: Sobre las artes escénicas a partir de un juego de preguntas

El Instituto Internacional de Teatro estableció en 1961 que el 27 de marzo se celebre el Día Mundial del Teatro, evento en el que cientos de países participan y a través de instituciones y actos independientes ofrecen una muestra del teatro de su localidad para la comunidad.

Cada año una personalidad en la materia emite un mensaje para conmemorar la fecha. Hace tres años un mexicano fue invitado a decir el discurso: el maestro Víctor Hugo Rascón Banda (q.e.p.d.). La valía de esto radica en que dicho discurso ha sido pronunciado por Pablo Neruda, Eugene Ionesco, Arthur Miller, Jean Cocteau, Peter Brook, Miguel Ángel Asturias y Wole Soyinka, por citar algunos.

El teatro en México quiere estar en plan grande, no me refiero sólo al centro del país, sino también a toda la producción del norte. Hoy es un día de celebración, pero del sur, de Yucatán ¿De qué podemos hablar?

Lo que a continuación se expone no es algo nuevo, sino cosa que muchos pensamos y que otros han expresado incluso a nivel nacional: inconformidad. No una inconformidad con el afán de que se nos faciliten todos los medios para ver nuestra obra en escena (nuestra obra como dramaturgo, director, actor o escenotécnico, al fin y al cabo termina siendo nuestra obra), sino que se nos dote de los mecanismos necesarios para que ésta nazca y continúe viva, mecanismos a los que está obligada la institución encargada de velar porque se cumpla parte de esa tarea, que en este caso tendría que ser la Dirección de Teatro del ICY a cargo de Juan de la Rosa.

La administración pasada llevó a cabo muchos caprichos personales sin cubrir las necesidades básicas del gremio, a pesar de tener una visión más acertada que ésta, no se puede negar que no cayó en el despotismo, el amiguismo, en el chantaje y en la amenaza directa durante su gestión. Los teatreros ahora pensaron que sí iba a haber una comunicación y una democracia en convocatorias, espacios, proyección y presupuestos para las artes escénicas.

Uno de los primeros movimientos de la administración de Juan de la Rosa fue seleccionar sin opinión de la comunidad, la obra que representaría al Programa Nacional de Teatro Escolar. Sin explicación alguna, se decidió qué obra y qué director la concretarían, cuando esta selección siempre recaía en teatreros nacionales o internacionales especializados en el teatro para niños y jóvenes, para salvaguardar (siempre en lo que se pueda) que se le diera al público infantil y juvenil un espectáculo de calidad.

Hoy, en pleno gobierno de Ivonne Ortega, quien triunfó democráticamente, regresan las dictaduras y los dedazos. Hay autócratas que al parecer saben lo que es mejor para el público y el teatro de Yucatán, lo que nos hace pensar que si la arrogancia no es la manera de conducir una sociedad, mucho menos al arte, que es parte integral de ella.
El problema es aún más grande, ya que los que realizan el teatro profesional de Yucatán, no cuentan con el presupuesto necesario para realizar su producción, (aunque muchas veces lo encuentran). La oportunidad sometida a convocatoria con la que se contaba, que es el Programa Nacional de Teatro Escolar, ha sido vedada, por lo mismo, las oportunidades de difusión y proyección permanecen nulas, al menos que uno sea del agrado del director del Departamento de Teatro, que es la explicación que aparenta ser, mientras no se dé otra, de manera formal.

La convocatoria de Co-producción para las Artes Escénicas también ha desaparecido. Si el ICY, a través de su departamento, ha producido alguna obra, no ha sido puesta a consideración de los diferentes planteamientos de los creadores del Estado, sino que ha sido por decisión de su Departamento, tal como pasó en su Festival de Monólogos en el que no se vio una convocatoria para producción de espectáculos.

Y hablemos de festivales. Un festival es una convivencia entre creadores y un intercambio de experiencias y conocimientos. En un principio se habló de un festival internacional, que terminó siendo el Festival Estatal de Teatro Wilberto Cantón. El intercambio no sirvió de mucho, ya que las obras que se presentaron eran ampliamente conocidas porque ya las habíamos visto o no se crearon los mecanismos para que otras se fueran a ver.

En un artículo anterior hablaba de las impresiones del espectador y cómo encauzarlo hacia la escena. Me tocó en ese festival ver obras que adolecían de los recursos mínimos del teatro profesional o semiprofesional (la teatralidad se da estando en escena, el teatro no), pero que eran presentadas dentro de la programación, como “La noche de los asesinos”, del cubano José Triana. Aunque esto no es una crítica directa al teatro amateur sino a los que lo exponen ante un público que merece otra cosa.

Cabe decir que hubiera sido más decente enfrentar al alumnado con un texto menos complejo, en el que lucieran más sus habilidades que deficiencias, pero bueno, el caso es que la Dirección de Teatro los aceptó y les pagó igual que a sus profesionales, por ese ejercicio escolar.

Entonces el público e incluso algunos creadores se preguntan: ¿De qué se trata?, ¿a qué le llamamos teatro?, ¿dónde está la profesionalización (no el academismo) en el arte, si todos se mezclan contra todos en un encuentro que es para el público y el creador y hay mecanismos que entrenan a los aspirantes a las tablas?

Hay que señalar que en dicho festival se convocó al creador a exponer una producción en la que le pagarían dos funciones: meses de ensayo, o aunque sea uno, ¿para llevar un producto a escena cuya vida sólo será en dos ocasiones? La verdadera función empieza en la representación 30, y al parecer estamos destinados a que las producciones en Yucatán lleguen a la 5, a la décima habría que develar placa, si esto se quiere finiquitar.

Cierto es que el Estado no lo puede cubrir todo, existen costos de luz y de la renta del teatro, por lo mismo, la mayoría de los grupos ha pedido desde hace mucho tiempo un espacio para el teatro de pequeño formato, en el que se puedan agendar temporadas para los grupos, aunque no basta con dotar un espacio y “hay vean qué hacen con esto”, sino de dar difusión a través de un proyecto, el cual debería de ser concertado y que incluso se concertó en los diferentes foros que se tuvo sobre el tema, pero que no se está cumpliendo.

Ahora se quiere (o se va, o ya se hizo, no hay comunicación) a crear una Compañía Estatal de Teatro. Antes de velar por la existencia de las condiciones básicas, se pretende dar un paso sin dejar en claro las garantías que la acompañan, los gastos y los apoyos a los creadores de esta compañía del Estado. ¿Decisión de quién va a ser la nómina? ¿Serán selecciones arbitrarias igual que los otros procesos? El presupuesto que necesitan los grupos y los creadores, ¿será absorbido para fingir que tenemos una compañía que refleja el bienestar del teatro yucateco?

Hay una preferencia razonable del Mtro. Juan de la Rosa hacia los municipios, comprensible y es correcto, pero existe una Dirección de Descentralización, a la que tendrían que canalizarse estos proyectos en coordinación con la Dirección de Teatro, para mediar los gastos y crear un proyecto incluyente.

Sobre todo, considero que lo importante es brindar formación a los grupos que están ya conformados en los municipios, porque si no, ¿de qué sirve llevarlos a escena y no formarlos de manera integral y sin proporcionarles herramientas para su crecimiento? Cuando Juan de la Rosa deje la dirección, ¿es seguro que los seguirán apoyando igual? ¿Cómo enfrentarse al mundo de las artes sin formación continua? Hay que gestar herramientas que sean perdurables, no efímeras como todos sabemos que es la puesta en escena. No hay que jugar con ellos al Aquí y Ahora, sino por un Para Siempre, que es la formación.

¿Se realizó un festival de monólogos para que todos los grupos sacaran nuevamente de su repertorio la propia producción, algo que se hizo hace años? ¿Es que acaso así se ahorra el ICY el trabajo de producir? ¿Y qué tal funcionó?

Podríamos hablar de otros casos como la Temporada de Teatro para Niños, pero entonces estaríamos ante una perorata incierta y esto es lo verdaderamente serio como para estructurarla.

Finalizo, sin el afán de ofender, sólo con el deseo de recordar, pero previo a la designación, tanto del director del ICY como del área de teatro, se tuvo una reunión, en donde el gremio (a pesar de estar dividido) presentó estos y otros argumentos. Se convocó a que los postulantes a querer dirigir el área en la institución no ejercieran el oficio al menos con la institución, para que por el bien de todos no se le acuse de aprovechar el puesto para sus beneficios personales, como en la administración pasada (el actual director participa en los Rituales de la Muerte Maya y algunos de sus colaboradores también lo hacen en Teatro para los Municipios), pero bueno, a lo que voy es que en esa reunión todo se expuso, se apuntaron las necesidades y los candidatos a dirigir (Juan de la Rosa fue uno de los que se levantó para postularse) de antemano las sabían, se dieron a conocer las demandas y necesidades del gremio. Ahora, parece que se ha dejado de escuchar al creador, por lo que uno no se puede sentir más que traicionado.

El INAIP señala que en su ejercicio anterior (hasta noviembre de 2008) el ICY gastó 114, 331, 497 pesos en cultura. Democráticamente, ¿no podríamos sugerir cómo gastar una pequeña parte del presupuesto los de teatro?. En fin, para todos los amigos, pocos pero queridos, ¡Feliz Día Mundial del Teatro!

El primer encuentro, cuando por primera vez te sientes en primera fila: Sobre las artes escénicas.

Dicen que la primera vez jamás se olvida, aunque se podría hacer una analogía sobre esta frase y posicionarla en diferentes ámbitos: el primer libro, el primer beso, la primera cerveza, el primer viaje fuera de nuestro estado o país, el primer amor, pero de lo que me interesa hablar aquí es sobre la primera vez en el teatro.

Si a menudo son miles de personas que nunca han leído un libro, son mucho más las que no han ido al teatro, de entrada porque existe en el imaginario la versión de que es aburrido en comparación con el cine y la televisión, además los efectos especiales nunca superarán a los de la pantalla, pero siempre olvidamos que es la sustancia que se hace viva en la escena (el actor) lo que le da sentido al teatro.

Me he topado con infinidad de gente que dice practicar el oficio, pero al parecer ha confabulado toda una maquinaria para alejar al público del teatro, ya que además de que cobran la entrada a sus espectáculos, por lo visto han encontrado en estos espectáculos improvisados una forma de generar dinero, sin importar que el espectador se vaya con un mal sabor de boca y con la firme convicción de nunca regresar.

He visto infinidad de niños diciendo “Mamá, vámonos, ya me aburrí”, o el clásico joven que con sus expresión más burda y sincera sólo alcanza a decir: “chale, para eso me compraba 4 caguamas”.

Este no es un espacio para discutir la función del teatro, es decir, si tiene que ser entretenido, educativo o social, pero sí advertir que se están confundiendo los términos y la mayoría de lo que la gente tiene en su cabeza es, sí ya vi una obra, era regional. Hay que aclarara también que el término regional tan complejo y en nuestro estado muchas veces bien planteado, ha sido traducido por muchas personas como una elaboración de parodias, de hombres travestidos como mestizas y que sólo recitan insultos y chistes de doble sentido y en lo mejor de los casos elaboran la ya anunciada “mezticienta”, y eso en el mejor de los casos es el único acercamiento de algunos jóvenes con este arte.

A lo que voy, es que el mejor momento que se le puede dar a un espectador es ponerlo al alcance de una obra de teatro, cuando esto pase se tendrá la seguridad de que esa persona se convertirá en un ciudadano de la escena y por lo consiguiente del arte.

Este decir no es arriesgado, el problema radica, en que como una vez decía Luis de Tavira, en que “el teatro no siempre se hace, no siempre se da”. ¿A qué nos referimos con que el teatro no se hace, no se da? No se si usted lector alguna vez se ha topado con una obra de arte (discursiva o conceptual) que lo ha dejado anonado, al borde de las lágrimas o en el refugio de éstas, con una obra la cual usted sabe perfectamente nunca podrá olvidar, si eso pasa es que el arte se dio, se hizo.

Aquí tampoco nos conflictuaremos, al menos en este artículo, con la teoría de la recepción, la hermeneútica o la semiótica para explicar cómo se dan los procesos receptivos entre obra y lector/espectador.

Mejor explico la idea general de lo que se ha venido hablando a partir de mi primera experiencia. Hablo de una vida como consumidor asiduo de arte (y otras toxicidades) y dedicada al estudio escolarizado del mismo, por lo que me sucedió en 1996, cuando en ese entonces estaba en la ciudad el Festival de Teatro “Wilberto Cantón”.

Según recuerdo nunca me gustaron los eventos donde se aglomerara un mar de gente y estaba seguro que el teatro no iba a ser eso (entras, ves y te vas), además en el MACAY las entradas eran gratuitas, sólo tenía que arriesgarme a salir de noche y regresar al entonces violento sur de Mérida por donde vivía, pero bueno que más daba.

Había visto dos obras de teatro regional, siempre era yo el que proponía sketchs en las escuelas donde estuve inscrito, con los padres salesianos participé en un montaje de “Jesucristo Gómez” de Vicente Leñero y por casualidad había visto “Los árboles mueren de pie” de Alejandro Casona, interpretado por un grupo estudiantil de la marista. Podría decirse que mi trayectoria como espectador no era la más adecuada para rechazar seguir viendo las cosas, tomando en cuenta que no conocía nada.

La obra que fui a ver en ese entonces se llamaba “Sobre la muerte y otras despedidas”, el texto era una serie de escenas que servían de pretexto para hablar sobre la muerte y también de la vida. La obra era dirigida por Francisco Solís, misma que contenía textos de Rosario Castellanos, Jaime Sabines, Juan Rulfo, parte del cancionero popular y la música de Jaime López, Caifanes y Bob Marley. Además de un monólogo titulado “La muerte del abuelo” basado en un cuento de Janitzio Durán.

En primera instancia, la obra no se presentaba en un teatro sino en un museo. Lo primero que vi al ingresar al recinto fue a los integrantes del “Diletante Teatro” (ahora Compañía de teatro “El sueño”) en proceso de entrenamiento, antes de entrar a su personaje, no podemos decir a escena, porque ya estaban en ella.

Los poemas, las canciones, un canto a dueto a partir de un corrido popular y la energía de cuatro actores (Hortensia Sánchez, Cinthya Alayola, Eduardo Santander y Francisco Solís, además de ese de la pequeña Desiré que lanzaba al aire un globo blanco) fue suficiente para que se hiciera el teatro. También cobraba importancia el hecho de estar frente a un teatro intimista en el que se podía ver cada gesto y sobre todo el ver por primera vez una actuación que no era cómica y que no estaba llena de clichés sino de emociones y sentimientos, que fue el monólogo “La muerte del abuelo”.

Fue ahí que por primera vez que supe lo que era el encuentro con la magia ficcional, esa lógica paradójica circunstancial (como diría Stanislavski) en el que sabemos que se está ante algo que aparentemente no es, pero que se está haciendo. Después, con ese mismo ejemplo comprendí porque en la República, Platón había expulsado al poeta.

Este primer encuentro sólo hizo que me acercara al arte, fue algo fortuito, ahora muchas veces el arte se da cuando lo consumo ya sea en forma de film, música o libro.

Alguna vez le he dicho al señor Solís que “Sobre la muerte y otras despedidas” ha sido su mejor obra, claro, escudándome en ese primer encuentro muy particular que tuve con el hecho escénico.

Ahora, muchas veces el decidir si se acude a los libros o si se es un espectador de teatro, se debe a lo que en los momentos claves nos tocó presenciar. No se juzgue aquel que no va al teatro, no sabemos que mala experiencia tuvo y por eso lo evita. Ahora, si encontramos a alguien que carece de experiencia, lo mejor es buscar como encauzarlo pero rumbo a la seguridad, no hundirlo en el mal espectáculo que indudablemente lo alejará de las butacas para siempre.

Ahora, muchas veces se podrá decir que el arte no es accesible al pueblo por sus costos, pero la primera experiencia de miles de estudiantes (primaria, secundaria y bachiller) en muchos casos ha estado asegurada gracias al Programa Nacional de Teatro Escolar, pero esa, es otra historia, yo aquí sólo hablo de esa primera vez, que tendría que ser algo diferente.


PUBLICADO EN POR ESTO!, 20 de marzo 2009.

Prologuémonos a una celebración democrática: Perspectiva de un escribidor, lector del POR ESTO!

"Dejad que los perros ladren Sancho,es señal de que vamos cabalgando".

Miguel de Cervantes en el “Quijote de la Mancha”.

En un principio pensé que los medios de comunicación (o al menos los más conocidos) eran los manipuladores que buscaban abrir paso al poder (político) para que estos se quedaran en la cima y fueran incuestionables. Luego pensé que el verdadero poder eran los medios y que eran utilizados para idiotizar a la gente, para esclavizarla de la forma más bizarra. Ahora pienso que algunos medios de comunicación están comprometidos con la construcción de una conciencia social, colectiva, que nos permite no olvidarnos de la dignidad que tantas veces han querido desaparecer y pisotearla.

La perspectiva de las cosas cambia, siempre de acuerdo a la experiencia y al constante aprendizaje que nos hace tener la vida, aunque muchos siempre estarán empecinados en pensar igual, nunca estar abiertos a la crítica. Ahora los medios de comunicación me parecen una excelente oportunidad para decir, plantear, criticar y crecer, POR QUÉ?, POR ESTO!:

1

Cuando los recursos económicos abundaban compraba la Jornada y el POR ESTO! La lectura de ambos periódicos eran producto de un disgusto contra aquel “diario” tradicionalista que ya hartaba, el cual nunca informaba de aquellos acontecimientos trascendentales que se daban (o sedaban) en el país y el Estado, y más en un sexenio como lo fue el desgobierno patricista.

Al igual que la religión, crecí bajo la imposición de que en casa se leyera un periódico –oligárquico y que no se comprometía más que con sus propios intereses-, pero al igual que la confirmación (o como debería de ser ésta en la forma religiosa) ya en edad de pensar y de leer por la mañana el periódico del día, me decidí por los arriba citados, antes de leer otros, muchos carentes de humanidad y que sólo le interesaba sacar la información como si se tratara de llenar páginas, sólo por cumplir la cuota del día.

Ya cuando el dinero no era suficiente, entonces sólo podía gastar en el POR ESTO!, lo que abrió mi perspectiva en cuanto a la situación del interior del Estado, al menos uno puede ver en las páginas que se le dedica al Interior del Estado en cada edición, por qué el periódico que dirige Don Mario R. Menéndez Rodríguez se posiciona como la opción más importante de la Península.

A veces nos olvidamos (y otros más que olvido, es su propia postura idiosincrásica) que Yucatán no es sólo Mérida, clubes sociales y bailes de primavera o presentaciones en sociedad de las niñas que viven en el norte y aparentemente tienen ya la vida y el pan asegurados, sino que nuestro Estado también es marginación, hambre, necesidades, ejemplos de entereza, hombres y mujeres que luchan para trascender sus municipios en todos los renglones posibles: tradición, gastronomía, conocimiento, ferias, leyendas, zonas arqueológicas, playas y ejemplos de vida, así como de violencia. POR ESTO! Nos recuerda que hay otro Yucatán, y el respeto que se le tiene.

2

He escuchado –mas bien leído- voces de protesta contra la labor del periódico POR ESTO!, lo han acusado de amarillista, de especular, de falto de verdad, aunque como dice el principio básico de la interpretación del discurso, “lo que diga Juan de Pedro dice más de Juan que de Pedro” o aquella frase que dice que “La crítica hay que tomarla de quien viene”. Aunque sin el afán de trascender en esas críticas vertidas al periódico de la Dignidad, es curioso ver que esas crítica provienen de aquellas personas que se han ostentado en el poder y han marginado a muchos. Son aquellas que por muchos años han tenido (y tienen) licencia para humillar, omitir y regatear los apoyos a la sociedad sin que nadie les dijera nada, además de que lo más descarado es que manejaban parte del dinero del pueblo. Lo peor es que estas personas no son capaces de someterse a la crítica y cuando ésta viene se ponen muy en su papel de indignados, ya que aseguran estar siendo víctimas de la difamación.

También es fácil saber que estas críticas provienen de esas propias “niñas” y “niños” que se la pasan en el club social o que su mayor noticiero son las páginas de Internet en la que buscan amigos de forma virtual, es decir, aquellos cuyo juicio más que propio (o personal) es el que le imponen sus padres y amigos que están adoctrinados, no por la caja idiota, sino por dos televisoras idiotas.

Aunque bueno, la verdad incomoda, pesa ser expuesto por cometer verdaderos crímenes contra la sociedad, no es lo mismo exhibir a un hombre que roba por la pura necesidad a que los expongan a ellos, dirán los corruptos, “ellos sí que son ladrones, se robaron un ventilador”, y por lo mismo dejan de mirar la paja en el ojo ajeno o los millones que estafan.

Lo importante aquí es que existe un lugar donde expresar aquellos márgenes de violencia institucional a la que hemos estado sometidos, no en balde el pueblo confía en el POR ESTO!, el cual cumple hoy 18 años de informar con Dignidad, Identidad y Soberanía.

3

La virtud no se regala, se gana a pulso, el periodismo auténtico no se vende ante los intereses mezquinos de la mafia que impera en este país, sino que la enfrenta. Los atentados –físicos y verbales- contra los que colaboran en esta labor a favor de Yucatán, se extienden, se entienden, más nunca se justificarán y por lo consiguiente se condenan. Hay que perseguir y callar a quien tiene una voz que lastima y hiere, aquí el herido es el despotismo.

La trayectoria periodística del director general de los POR ESTO!, Don Mario R. Menéndez Rodríguez es la mejor garantía para seguir leyendo y seguir informándose, no diré más, no trato de convencer a nadie, sólo expreso mi opinión como un lector de este periódico. Felicidades a su director general y a todos los que lo hacen posible, felicidades por sus 18 años de vida.

4

Como agregado cultural y perseguidor de la palabra, sólo agrego, en respuesta a uno de mis amigos (al cual se le extraña), que todo lo aquí dicho no es una dramatización, sino una declaración de principios

PUBLICADO EN POR ESTO! 21 de marzo de 2009.