viernes, 1 de mayo de 2009

Echeverría, Fujimori, Bush, Fox e invitados presentan “Crímenes de lesa humanidad” : Apuntes de un escribidor


Es increíble la capacidad
de resurrección de los hijos de puta en el mundo.
Eduardo Galeano

Después de hacer una lectura de los evangelios (a falta de computadora), hice una retrospectiva de algunas obras leídas que hablan sobre este tema, como el “Evangelio según Jesucristo” de José Saramago, “Jesucristo Gómez” (la versión teatral del “Evangelio según Lucas Gavilán”) de Vicente Leñero y “Barrabas” de Par Lagerkvitz, por citar algunos.
Eso me llevó a pensar, y también a asumir, que la capacidad de respuesta de Cristo (en los evangelios) ante la injusticia y la ambición de los maestros de la ley es impresionante y a la vez de un carácter socialista. Es una lástima que los preceptos que estaban destinados a la ayuda de un pueblo y a la justicia social, hayan sido (y son) aplicados por gente corrupta que los utilizó para enriquecerse, matar y adoctrinar a favor de sus intereses arribistas.
Lo anterior no obedece a un renacer personal en la creencia católica, ni una conversión fundada por las celebraciones que ahora se nos presentan, en donde la figura de Cristo está en auge, sino que quiero hablar de esto porque a partir de los fundamentos de otro (por lo general siempre alguien que con todo honor debería de ostentar el título de Maestro) y bajo el engaño de un bien común se cometen los mayores crímenes contra la humanidad, pero no se respeta nunca a la figura de la que se hace alusión. Y esto es desde Hitler que citaba a Nietzsche, Stalin a Marx, hasta los católicos y otras religiones que se escudan en la figura de Cristo.
Pero más allá de esto también quisiera hacer hincapié en que la impunidad y los crímenes contra la raza humana al parecer nunca se pagan. No basta con pedir una disculpa pública como alguna vez lo hizo el Vaticano, cuyo titular aun en África sigue condenando a los que utilizan un condón, como si la voluntad divina los librara de la enfermedad que azota al continente.
Aunque ahora la historia abrió un paréntesis: Fujimori ha sido condenado a 25 años de prisión, su hija señala que eso sólo muestra una actitud de odio, persecución y venganza, aunque bueno, ¿qué esperaba? Si el mandatario ordenó y estructuró una matanza contra personas (que tienen familia, amigos, pero sobre todo una historia personal de vida) a pesar de que él sólo los viera como estadísticas.
El asunto es que esto no se trata de venganzas, ni del “ojo por ojo y diente por diente”, sino de tratar de equilibrar las cosas para no caer en la cerrazón y en la deshumanización también en este siglo.
Se nos hizo pensar en la justicia divina y que en la otra vida todo se pagará, aunque nunca nos han monitoreado la forma de cómo los otros están pagando en la otra vida sus crímenes.
El asunto es condenar, los magistrados se retractan (negociación de por medio, claro, compra-venta de impunidad y ejemplo de que se puede tener licencia para aniquilar a los otros), si no lo hacen, estaríamos entonces ante un precedente necesario en Latinoamérica, esto es algo que ya muchos han señalado, pero que me gustaría reiterar a partir de estas letras.

Porque desde ahí arriba (desde el poder), se nos mira como diciendo “es que ese pinche chamaco piensa así porque no sabe qué es dirigir una nación”; “para dirigir un país se necesita huevos y tomar decisiones drásticas, no utopías de índole social” o “Hay que preservar la paz social y evitar el anarquismo a toda costa, si no, nos veremos amenazados en el comercio exterior”.
Conocí a una persona hace muchos años, a quien por X o Y no he podido volver a frecuentar (y de quien guardo algunos gratos recuerdos), que se había visto beneficiada por el gobierno de Echeverría, al menos de forma monetaria en el aumento de su sueldo. Ella me comentaba que lo de Tlatelolco fue necesario, ya que con esto se evitó una guerrilla y que México no estaba en condiciones de tenerla, que el desarrollo del país se debió a esa decisión.
Algunas veces, sólo por el afán de no hacer coro, le dije este argumento a gente que decía “2 de octubre no se olvida”, aunque no supieran por qué, ellos quedaban fascinados con el argumento y ante su incapacidad de generar discurso dudaban de la veracidad de la matanza.
Pero esto no es nada complejo, sólo hay que saber sumar, es mejor que caiga uno, dos, tres, cuatro, cinco o seis, a que lo hagan decenas, centenas, miles o millones de personas. Porque siempre es un gran grupo que pide la cabeza de un pequeño sector (aunque eso de la cabeza es una metáfora, sólo piden una mejor opción, el grupo en el poder en cambio toma lo de la cabeza de forma literal y contraataca, ahora sí cortando cabezas y vidas), si hubiera un poco de coherencia se debería de ceder en vez de eliminar, en el 68 no se hizo. Ante la incapacidad de ser abierto se optó por el dolor y la represión que sumió en un luto clandestino al país, porque se aparentó que no había pasado nada y que nadie debería llorar.
Lo que se pide entonces es mínimo un poco de “huevos”, pero bueno, si el Vaticano pidió perdón y reconoció todo el daño que le había hecho a la humanidad y los crímenes atroces que había cometido contra ella, fue a sabiendas de que no se le habría de hacer nada, al contrario, dirían “que humildes, hasta ellos reconocen que pecan (y pa´ pecaditos)”. Al igual que Díaz Ordaz, quien asumió toda la responsabilidad por lo de Tlatelolco, pero qué le iban a hacer, era el mandamás (Y lo peor es que no podemos decir en es tispm, ya que ni ahora se juzga al presidente,m sólo al brandy). Al contrario, Echeverría, Fujimori, Bush, Fox y muchos otros carecen de valor, apelan una sentencia (legal o popular) que es evidente, aquí no es que se quiera ensuciar la imagen de nadie, ni que permee el odio, sino que hay millones que han sido directamente afectados: hombres y mujeres, niños y niñas que merecen el consuelo de la justicia.
Finalmente no es mi intención cansarle con la exposición de la larga deuda que se tiene contra la humanidad, aun como un simple escribidor adscrito a la ficción de la palabra, sólo creo que la resurrección se ha tornado como una promesa infinita y que escribirla nos hace no bajar la cabeza, aunque intenten cortárnosla.

Pie de foto: Revista Por qué?

1 comentario:

Verónica... dijo...

La nación que necesita sacrificar a su juventud en aras de "la paz pública y la estabilidad" ni siquiera merece el título de nación... ¿alguien juzgaría cuerdo a quien dijera "vamos a sacarle el corazón al niño para ponérselo de reemplazo al pobre abuelo"? Además ¿qué jodido desarrollo hemos tenido? ¿qué guerrilla se evitó de las decenas que existen y cuyas voces se acallan? Maestro Ivi, usted guardará gratos recuerdos de esa persona, pero lo que su conocido (o conocida) aseveró de "la necesidad de un Tlatelolco" sobrepasa cualquier comentario. A usted le mando un abrazo enorme, terco escribidor.