viernes, 1 de mayo de 2009

El tendedero o del por qué confiar en los niños: Sobre las artes escénicas



Si las palabras se las lleva el viento, las imágenes muchas veces permanecen en la memoria, sobre todo si la imagen es concretada por lo que en un futuro será la conciencia teatral. Lo anterior es en referencia a la obra “El tendedero”, la cual estuvo a cargo de la compañía de teatro infantil “Sak Bej”, misma que dirige Julio Jiménez y la cual se presentó el domingo 12 de abril en el auditorio del Centro Cultural “Olimpo”.
Julio Jiménez se ha dedicado y se dedica, al teatro para niños y al teatro con niños. Cuando me fui a Morelia hace unos años a tomar unos talleres de dramaturgia, la maestra Verónica Maldonado me preguntó si conocía el trabajo de Julio Jiménez. En realidad su trabajo ha sido un referente sobre el trabajo corporal y los discursos y recursos a partir del cuerpo y la música.

La maestra Maldonado me preguntaba sobre su trabajo ya que fue el mejor que se presentó en la Muestra Nacional de Teatro de Niños en Chiapas.
Ese primer lugar que se llevó Yucatán en el 2006, lo refrendó en 2007 y 2008. Este último año presentó una adaptación de la obra “El gordo”, de Oscar Liera, pero sin palabras.
En “El tendedero”, Jéssica Cervera, Pilar Arjona, Karime Gamboa, Mariana Ceballos, Sugey Vázquez, Odette Gómez y David Zupo, nos muestran las posibilidades (y capacidades) de interpretación que los niños pueden llegar a tener: gesticulación, calidad de movimiento, ritmo, presencia y plasticidad corporal, pero sobre todo podemos ver cómo los niños se divierten y juegan sobre el escenario.
Julio Cortázar señalaba que para él, el sentido de la literatura (mismo que se podría traducir a cualquier tipo de arte) se basaba en el juego, pero el juego como un sentido de responsabilidad.
Señalaba el otro Julio, que los niños al momento de tomar una escoba y convertirla en un caballo, el sentido de verdad cobraba forma. La responsabilidad y la seriedad está entonces en que el niño asume el juego con un sentido de verdad que muchos de nosotros hemos perdido. Para el niño la escoba nunca será una escoba, sino el caballo.
Todo el juego escénico que se vio el pasado domingo en un tendedero cobraba vida a partir de las prendas que se colgaban en él, mismas que al momento de ser resignificadas nos transportaban a situaciones, personajes y ambientes que eran asumidos con ese sentido de verdad en el cual los espectadores (también niños) se involucraban.
Con los cuerpos y las prendas pudimos ver vampiros, una boda, una vaquería, un camello y hasta el mar, que convergían en un espectáculo cuyo mayor mérito fue ver las capacidades histriónicas de los niños sobre la escena.
Si bien a veces las pasiones se desbordaban, el control del cuerpo, la gesticulación y la precisión son cosa de tiempo.
Al término de la función Julio Jiménez me platicaba sobre la desconfianza que existe en el teatro de niños, y es una desconfianza que se ha generalizado por los mecanismos de mercadotecnia a los que recurren los que realizan este tipo de espectáculos, ya que muchas veces los que dirigen estas obras abogan más por el carisma del infante que por brindarle una formación. Parecería que al niño hay que dejarlo con sus habilidades natas y no encauzarlo por el camino seguro, lo que ha desencadenado espectáculos mal elaborados y dirigidos que han hecho pensar al público que el teatro de niños es una obra a la que hay que verla con ternura y sin un sentido crítico.
Al actor hay que protegerlo y no exponerlo sobre la escena. Julio Jiménez realiza un trabajo de formación en el que asume las posibilidades que tienen los niños para construir el espectáculo y los protege con el mejor recurso que podría tener, una buena dirección escénica.
La obra “El tendedero” es un viaje por los rumbos inexplorados (al menos por los adultos) de la imaginación a través del juego, sin que sea un espectáculo de pantomima. Con coreografía de Nadia Zupo y dirección de Julio Jiménez, esta obra es la oportunidad para que los niños se encuentren con otros niños y se den cuenta que el juego también puede estar sobre el escenario.
(Compañía de teatro Zak-Bej presenta “El tendedero”: con las actuaciones de Jessica Cervera, Pilar Arjona, Karime Gamboa, Mariana Ceballos, Sugey Vázquez, Odette Gómez y David Zupo. Coreografía: Nadia Zupo. Dirección: Julio Jiménez).


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