martes, 31 de agosto de 2010
A/dios lo que es de Dios: Apuntes de un escribidor
Para convivir si no en forma armónica, al menos sí de manera pacífica, hay que respetar las creencias del otro, ser tolerante, pero eso no significa que el otro no tenga que serlo, es decir, tanto uno como el otro deben tener la misma apertura, si esto no pasa viene la intolerancia que es lo que ha ocasionado la mayor parte de los genocidios en el mundo.
La intolerancia y la exclusión condenan a millones de personas a la muerte, no sólo en forma física sino también social, ya que los opresores priorizan sus creencias al grado de no importarles el mundanal de víctimas que perecen, siempre y cuando ellos permanezcan intocables.
Ejemplo de lo anterior son el PAN y la Iglesia católica, y aquí quiero aclarar que hablo de estas dos instituciones a partir de sus voceros y sus representantes, no es señalar ni estigmatizar a quien cree en los valores que fundaron esas dos instituciones sino a quienes las tergiversaron.
En el periódico El Universal aparecieron las declaraciones del diputado yucateco Renán Barrera Concha, quien señala que las bodas gay van contra la naturaleza humana y que por acciones como esa Dios quemó Sodoma y Gomorra. Textualmente dice: “La bancada del PAN, pero yo en lo particular, no estamos de acuerdo en que Yucatán tenga la facultad de celebrar uniones entre homosexuales, ya que es inmoral, va contra nuestra propia naturaleza y, sobre todo, contra los designios de Dios, que establece la unión del hombre con la mujer”.
Habría que preguntarse a qué Dios se refiere el diputado local y si está hablando del Dios de la Iglesia católica; creo que los actos de corrupción, el latrocinio y muchos otros, violentos, que han realizados sus correligionarios serían más condenables que la unión legal entre dos personas del mismo sexo. Lo risible de esta declaración es que nos tendríamos que preguntar por qué Dios no baja a quemar al Acción Nacional si viven en el pecado y la inmoralidad.
A esta declaración se anexa la del cardenal Juan Sandoval Iñiguez, quien aseguró que los jueces recibieron dinero por parte de Ebrad a cambio de ratificar la ley de matrimonio homosexual en la Ciudad de México, y le preguntó a los periodistas: A ustedes, ¿les gustaría que los adopte una pareja de maricones o lesbianas?”. Seguramente cualquier niño (que son tantos) que haya sido abusado por algún religioso respondería que el terror sería ser adoptado por un cura.
Lo malo es que la Iglesia católica no reacciona así ante tanta injusticia que ha dictaminado la suprema (o tremenda) corte ni la cámara de diputados que atentan contra la dignidad. Millones de muertos por la pobreza porque esas instituciones se nutren del dolor humano, eso las saca financieramente a flote.
El gobierno de izquierda ha logrado, al menos en el D.F., la unión legal entre dos personas del mismo sexo y la despenalización del aborto, mientras que en otros estados las mujeres sufren por partida doble. En Guanajuato, señala La Jornada: “Pese al incremento de 41 por ciento en el número de adolescentes preñadas en este periodo, el gobierno panista de Juan Manuel Oliva Ramírez inhibe la educación sexual y no fomenta la planificación familiar”.
Incluso, en Guanajuato están a punto de cerrar el Centro para los Adolescentes de San Miguel de Allende (Casa) que forma a parteras de manera profesional, además de que educa sexualmente a los habitantes de las poblaciones marginadas a través del arte y la radio. Dicho centro es reconocido, a niveles nacional e internacional por su trabajo de información y de ayuda a la comunidad, ya que ayuda a la planificación familiar de los hogares más pobres, y ahora la Secretaría de Salud (SSA) que dirige José Ángel Córdoba Villalobos pone en duda la renovación del permiso para su funcionamiento.
El gobierno no se encarga de educar, sólo de perseguir, marginar y prejuiciar: “El secretario de Educación (en Guanajuato), Alberto Diosdado, muy por el contrario, recomienda a los estudiantes conservar la virginidad hasta el matrimonio, practicar la abstinencia, evitar los anticonceptivos y rechazar la homosexualidad”.
Este gobierno que, como se imaginará, es panista, nos muestra su intolerancia, sobre todo el grado de represión, ya que la policía integrará un padrón de mujeres embarazadas en la zona de Apaseo para poder encontrar a una mujer que abortó y abandonó un feto. Como se puede apreciar, el problema radica en que temáticas tan trascendentales como la educación y salud sexual son reducidas al estigma y a la persecución; si seguimos en esa dinámica, se le podrá ocurrir a la derecha mexicana que la mejor solución para acabar con la pobreza es matando a todos los pobres.
Aclaro de nuevo que esto no es contra las instituciones sino contra sus dirigentes y los que no están comprometidos con las causas de fondo que representan, ya que personalmente agradezco a la congregación Salesiana en Yucatán y en particular con los que conviví entre 1994 y 1997, porque gracias a ellos pude acercarme al deporte, el arte y la artesanía. El trabajo del formador es educar, no castigar.
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