Cierto es que un premio literario en muchos de los casos no es más que un voto de simpatía, la decisión de un jurado que se basa en sus propios gustos e intereses estéticos para determinar quién saldrá avante. Un premio literario no determina que un escritor tenga valía o no (digo, a Borges y a Cortazar no les dieron el Nobel, lo que no cuestiona su obra) sin embargo da proyección y oportunidades.
En México existen certámenes literarios cuya importancia no radican sólo en la cantidad monetaria que ofrecen, sino también en los beneficios editoriales que estos presentan. Como ejemplo está el Premio Nacional de Poesía Joven “Elías Nandino”, el Nacional de Cuento “Julio Torri” y el Nacional de Ensayo “José Vasconcelos”.
Por lo general estos premios son para escritores menores de 30 años, con un monto de 100 mil pesos para la obra ganadora y la publicación de la misma en la editorial Tierra Adentro.
Pero más allá de eso siempre está eso de que “este año “fulano” ganó el Nandino”, por lo que de alguna forma una parte de los creadores jóvenes de México leen el libro sólo para saber por qué le dieron a “fulano” el premio en la categoría, como siempre hay sus desacuerdos en cuanto a los seleccionados, sin embargo quedan registrados en el CONACULTA y la facilidad para seguir publicando en Tierra Adentro y en otros lugares se extiende, al menos ya se tiene una carta de presentación en este medio literario postmoderno.
En dramaturgia es hasta el 2002 que se abre la convocatoria para el I Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo, mismo que convocó el Centro Cultural Helénico y el Fondo Editorial Tierra Adentro.
En primera, el premio se crea para hacer un justo homenaje a la figura de Gerardo Mancebo del Castillo, quien muriera en el año 2000 a la edad de 30 años. Basta con leer “Las tremendas aventuras de la Capitana Gazpacho o de Cómo los elefantes aprendieron a jugar a las canicas” para darnos una idea de las rupturas y los nuevos rumbos de la dramaturgia mexicana, pero ese aire de frescura que tiene la Gazpacho es la propia voz de la juventud que rebosa ingenio, el sello particular de Mancebo del Castillo quien siempre permanecerá joven porque la muerte no nos permitió leerlo más allá.
La particularidad del “Mancebo” (como ahora se le conoce al premio), es que no hay un ganador único (al menos al principio), sino que el certamen se torna en un verdadero aprendizaje y competencia, claro, si se llega a cruzar el umbral.
Se envía una obra de teatro inédita al certamen, pueden participar dramaturgos menores de 35 años de toda la república mexicana. Después de una selección el jurado elige a un máximo 5 obras finalistas y un mínimo de tres.
Los finalistas se reúnen en el Centro Cultural Helénico (D.F) con los tres miembros del jurados, que son a la vez dramaturgos y conocedores de la escena. El objetivo es hacer un taller para discutir las particularidades del texto, cómo fue visto éste según cada miembro del jurado. Posteriormente se le da al finalista un plazo de 30 días para entregar una nueva versión de su obra y de ahí se elige al ganador.
El premio consta de 75 mil pesos en efectivo, la publicación de las obras finalistas en el libro Teatro de la Gruta (actualmente la colección ya llegó al tomo VIII) y las facilidades para que la obra ganadora se presente en temporada en el Centro Cultural Helénico, en el foro “La gruta”.
Y como señala Edgar Chías en el prólogo de Teatro de la Gruta VIII: Afortunadamente, para el teatro y, sobre todo, para el teatro nuevo, el más joven, el que asoma la cabeza por primera vez, se han ganado espacios de presencia, consolidación y lanzamiento. Uno de los más importantes por su alcance y firme trayectoria, es sin duda el Premio Nacional de Dramaturgia Gerardo Mancebo.
Particularmente puedo decir que le debo al certamen algo importantes que es formación, (estuve como finalista en la edición 2005) ya que fue a partir de él que se abrieron las puertas para el Diplomado Nacional de Estudios de la Dramaturgia y el contacto con personas con las que he podido discutir la obra dramática, además de haber estado en contacto con las escrituras de otros estados.
El Premio Nacional de Dramaturgia Joven “Gerardo Mancebo del Castillo 2009”, cierra su convocatoria este 28 de marzo, las bases puede ver en las páginas: http://www.helenico.gob.mx/
Si usted escribe teatro este premio es una buena opción a la que hay que apostar. Aunque en realidad no se trata de escribir para los premios, pero a veces es bueno proyectarse a partir de ellos, aunque tampoco hay que cuestionarse tanto si estos no llegan, lo importante es que la obra vaya día a día madurando, eso sí que es garantía de que después algo pasará.
PUBLICADO EN POR ESTO! 26 de febrero 2009.
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