“Sólo importa la trayectoria del creador”
Carmen García Bermejo
El Financiero, Miércoles, 10 de septiembre de 2008
Los creadores becados pueden trabajar donde quieran: Cantú.
El Fonca no otorga sus becas por cuotas a estados de la República o mediante análisis socioeconómico de los creadores. Se asignan en función de “la calidad y de la trayectoria del autor”. Pese a este dogma oficial, prevalece la polémica por los resultados de la selección de becarios al Sistema Nacional de Creadores de Arte y de Jóvenes Creadores.
Desde su origen, el Sistema Nacional de Creadores de Arte -instaurado en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari- se caracterizó por la inicua selección de sus becarios. Arguyendo que el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) “no es una beneficencia pública de estímulos económicos, sino de reconocimiento a la excelencia de una obra artística más allá de las condiciones económicas de cada autor”, funcionarios del Conaculta han respaldado que algunos creadores con solvencia financiera sean favorecidos con un “estímulo económico” de por vida o por periodos de tres años, según sea el caso: creadores eméritos o creadores artísticos.
A la fecha la polémica y las críticas hacia las reglas de operación continúan. Algunas son públicas y otras sólo quedan entre la comunidad inconforme. Sobre todo porque los conceptos de “beca” y de “estímulo económico” que mantiene el jurado tienen un significado distinto al que le dan algunos intelectuales. Para ciertos artistas y escritores, una beca es una ayuda económica que les permite continuar con una trayectoria creativa dentro de un país que ha omitido una política gubernamental para que los artistas cuenten con fuentes de trabajo. Pero para el jurado del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA) la beca es un reconocimiento a la trayectoria de los autores, sin importar su condición social.
Así, se ha puesto en duda si el Fonca concede “becas” y “estímulos económicos” a quienes realmente los necesitan. En ese sentido, una parte de la comunidad de escritores y artistas opina que bajo los criterios del actual SNCA quizá sería más confiable que el Fonca organice una rifa, que entregar un legajo de documentos a los jurados para acreditar “la calidad” de sus obras y su trayectoria.
En la emisión de los resultados de quienes se incorporan al SNCA a partir del 1 de agoto de 2008 vuelve a aparecer el fantasma de la duda, pues a esta lista de becarios que recibirán -durante tres años- 23 mil 665 pesos mensuales se incorporan nombres como los de los escritores José Agustín, Felipe Garrido, Víctor Manuel Mendiola, David Miklos, Óscar Oliva, Pedro Ángel Palou, Alberto Ruy-Sánchez, Francisco Segovia, Álvaro Uribe y Natalio Hernández; los artistas visuales Francisco Castro Leñero, Rogelio Cuéllar, Gilberto Chen Charpentier, Graciela Iturbide y Patricia Soriano; las bailarinas Claudia Lavista y Pilar Medina; los compositores Luis Jaime Cortez, María Granillo y Víctor Rasgado; los cineastas Nicolás Echeverría y Juan Carlos de Llaca, y los artistas de teatro José Caballero, Luis Mario Moncada y Juliana Faesler.
Pero la polémica no queda sólo en la categoría de “creadores artísticos”. El pasado 19 de agosto, 29 integrantes de la comunidad de dramaturgos y directores de escena enviaron una carta a la secretaria ejecutiva del Fonca, Martha Cantú Alvarado, con copia a Sergio Vela -titular del Conaculta- para manifestar su extrañamiento al proceso de selección de becarios de la convocatoria de Jóvenes Creadores 2008, en la rama de dramaturgia.
La misiva está firmada por Hugo Abraham Wirth, Édgar Chías, Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio, Humberto Robles, Luis Santillán, Mario Cantú Toscano, Martín López Brie, Vidal Medina, Reynol Pérez Vázquez, Alejandro Ricaño, Ivy May, Carmina Narro, Rafael E. Martínez, Iván Olivares, Lucía Malvido, Daniel Serrano Moreno (miembro del SNCA), Teófilo Guerrero y Coral Aguirre, así como por José Alberto Gallardo, David Herce, Alfonso Cárcamo, Édgar Álvarez Estrada y Concepción Mora. También signaron la carta los críticos teatrales Enrique Olmos de Ita y Noé Morales Muñoz; el director de escena Gabriel Brito, la dramaturga y docente Tristana Landeros, el dramaturgo y novelista Antonio Malpica, la dramaturga y guionista Gisel Amezcua y la periodista cultural Alejandra Serrano.
Sin pretender cuestionar o minorizar los méritos de los postulantes seleccionados por la Comisión de Selección, los inconformes exponen cuatro puntos “que propician el enrarecimiento y la desconfianza en torno a los criterios aplicados para llegar a dicha resolución” en la especialidad de “dramaturgia para jóvenes creadores”: 1) de los tres postulantes beneficiados en esta emisión, coincidentemente los tres fueron alumnos de la jurado Ximena Escalante; 2) en las dos emisiones en que Ximena Escalante ha sido jurado, ninguno de los beneficiarios proviene del interior del país; 3) en 2008, sólo uno de los tres becarios cuenta con una trayectoria dentro de la disciplina, y 4) no es la primera vez que ocurre algo así, ya que en la emisión del año anterior una de las beneficiarias también fue alumna de Ximena Escalante y no contaba con trayectoria destacada dentro de esta disciplina.
Esta comunidad de dramaturgos y directores de escena explica en su misiva que la suma de estos aspectos da margen a las especulaciones, las interpretaciones y los malos entendidos: “Los criterios de selección no deberían, bajo ninguna circunstancia, estar sujetos a elementos apreciativos o circunstancias coyunturales, sino a elementos objetivos y concretos sujetos a las bases de la convocatoria”, afirman.
Reiteran la necesidad de que exista transparencia, claridad y puntualización sobre los procesos y criterios de selección en aras de la imparcialidad y equidad: “Por lo tanto, los firmantes consideramos que se ha vuelto indispensable que en el momento en que se dé a conocer el acta de la sesión resolutiva se publique, en la página de Internet, tanto el currículum que avale la trayectoria del solicitante, el proyecto a realizar con el apoyo de la beca y el acta donde se puntualicen los elementos por los cuales la Comisión de Selección llegó a esa resolución. Es importante que haya rendición de cuentas (más si es en relación a un programa financiado con recaudación pública que pretende estimular la creación artística) tanto de los postulantes beneficiados como de aquéllos que los han seleccionado. Mucho bien le haría a esta emisión de jóvenes creadores si antes de que entre en vigor la beca de 2008 se aplica la petición expuesta líneas arriba y se analice el desempeño de Ximena Escalante Muñoz como jurado y tutor.”
Las fases del proceso
Sorpresivamente, los funcionarios del Fonca y del Conaculta atendieron el llamado de los dramaturgos y directores de escena. Los conminaron a formar una comisión para exponer sus dudas. Al respecto, Martha Cantú Alvarado, secretaria ejecutiva del Fonca, explica a EL FINANCIERO que el organismo a su cargo opera por medio de comisiones de selección. Esto es, ningún funcionario público opina acerca del destino de los recursos que otorga el Estado para el desarrollo y estímulo a la creación artística, sino que es la propia comunidad artística la que decide el destino de estos recursos a través de la Comisión de Artes.
Las comisiones de selección de becarios se conforman por jurados bajo el acuerdo y la aprobación de la Comisión de Artes. El proceso de selección de las postulaciones se basa en un esquema de tres fases: administrativa, técnica y resolutiva. Para el programa Jóvenes Creadores 2008 se presentaron en el área de dramaturgia 36 postulaciones, de las cuales dos no pasaron la fase administrativa. De acuerdo con Cantú Alvarado, la fase técnica y la fase resolutiva estuvieron a cargo de una comisión formada por Ximena Escalante y Ricardo Ramírez Carnero.
De los 34 postulados que pasaron a la fase técnica, sólo 25 la aprobaron y se canalizaron a la fase resolutiva: “Ésta es la parte más complicada porque -indica Cantú Alvarado- el Fonca cuenta con recursos limitados. Pero el jurado elige los mejores proyectos y, por desgracia, quedan algunos creadores fuera de recibir ese apoyo aun cuando tengan los méritos para recibirlo.” De esos 25 postulantes, sólo tres obtuvieron la beca: Luis Eduardo Alcocer Guerrero, Itzel Lara González y Verónica Bujeiro Ortega.
Cuando la comisión de selección inicia su proceso para resolver las fases técnica y resolutiva, los jurados deben respetar el Código de Ética que establece: “No se permitirá que las comisiones evalúen a los postulantes, si se considera que existe una relación laboral, íntima o académica durante el año inmediato anterior a la postulación.” Cantú Alvarado precisa que en el caso de los dramaturgos, ni Ximena Escalante, ni Ricardo Ramírez Carnero, tenían un tipo de relación con los beneficiados de la beca en el año inmediato anterior a su postulación. Sin embargo reconoce que Escalante sí fue maestra de los becarios ganadores, pero hace más de un año.
A la funcionaria se le indica que, en el acta de la sesión resolutiva, Escalante sí dice que mantuvo relación académica y laboral con algunos de los postulantes y que, por tanto, se abstuvo de opinar sobre sus proyectos. Cantú Alvarado acota: “Ella se refiere a los postulantes Norma Angélica Rogel García y Vanessa Valencia Vergara, no a los que resultaron beneficiados. Los beneficiados sí habían sido sus alumnos, pero no en ese año y el código de ética es muy específico al señalar ‘durante el año inmediato anterior a la postulación’. Todo está en regla.”
La funcionaria explica que en el momento en que recibió la carta de los dramaturgos, de inmediato entró en contacto con Hugo Abraham Wirth y se reunieron para explicarle todo esto. Además, mantuvo otra reunión con la Comisión de Arte en la que, además de dar un informe del trabajo del Fonca, se le enteró de la inconformidad de los dramaturgos: “Analizamos de manera conjunta el caso -apunta-, revisamos los currículum de los ganadores y concluimos que no existe ninguna falta.”
Afinidad estética o trayectoria
En entrevista por separado, el joven dramaturgo Hugo Abraham Wirth afirma no ser el típico creador dolido y resentido por no obtener la beca, ya que en ningún momento ha solicitado la impugnación de los resultados: “Como escritor -apunta- me siento inquieto y lo único que pedimos en la carta es que se esclarezca este proceso de selección. La carta está apoyada y firmada por gente seria, ante la evidencia de las dudas. Los funcionarios del Fonca nos dijeron que se atendería el reclamo. Formamos una comisión y la reunión fue pactada para el 2 de septiembre. Asistimos Martín López, Luis Santillán y yo. Martín López obtuvo, el año pasado, los premios nacionales más importantes de dramaturgia y lleva seis años solicitando la beca, pero no se la han dado. Yo llevo cinco años solicitándola y nada, aunque en mi trayectoria tengo dos premios nacionales y estrenos de mis obras.”
Los dramaturgos fueron recibidos por Martha Cantú e Imelda Martorell, directora de Apoyo al Desarrollo Artístico del Fonca. En la reunión, además de exponer sus dudas, plantearon puntos que antes habían consensado con dramaturgos y directores de escena: 1) “Ximena Escalante no tiene ya credibilidad como jurado y, por tanto, exigimos su renuncia como jurado y como tutora”; 2) “los jurados del Fonca no sólo deben residir en el DF sino que también haya representantes del interior de la República”, y 3) “aumentar el número de becas para el área de teatro”.
Wirth comenta que en esa reunión Martha Cantú les dijo que una de las formas para mejorar el proceso de selección es que un jurado no permanezca un periodo mayor a dos años: “Actualmente -añade- los jurados están tres años y ella consideró que se puede reducir. También se consiguió que se revisara en el Código de Ética para que los postulantes no pudieran ser beneficiados si uno de los jurados había sido su maestro dos años antes, es decir ampliar el tiempo.”
Pero luego de la reunión con Martha Cantú, quienes firmaron la carta se preguntan: “Qué vale más: ¿los datos duros de una trayectoria profesional, que es la única forma como nos podemos defender, o el criterio de uno de los jurados? Qué pesa más: ¿el gusto de o las afinidades estéticas de los jurados o un proyecto que corresponda a la trayectoria del postulante?” Wirth afirma que la comunidad de dramaturgos y directores escénicos considera que, en esta ocasión, no hubo un equilibrio entre proyecto y trayectoria de los postulantes a la beca 2008 en jóvenes creadores: “Definitivamente -reitera-, la comunidad que firmamos la carta no estamos satisfechos con lo sucedido. Hay poca claridad. Nuestra comunidad es pequeña y sabemos perfectamente quién ganó algún premio, a quién le publicaron, quién estrenó y ha tenido éxito, quiénes están activos o no. De los nuevos becarios del Fonca sólo sabemos que fueron alumnos de Ximena Escalante y eso sigue generando sospecha. El proceso no está claro.”
Sin reparo en estatus social
Pero el Fonca tiene más temas pendientes. En la revisión de la cuenta pública 2006, la Auditoría Superior de la Federación de la Cámara de Diputados emitió una recomendación al Fonca para que implemente mecanismos de control y vigilancia y se abstenga de otorgar becas a funcionarios públicos o directivos de la IP. En este sentido, Martha Cantú Alvarado, secretaria ejecutiva del Fonca, acepta que en todas las convocatorias se establece como limitación que no se otorgarán becas o estímulos económicos a funcionarios públicos del Conaculta, ni de sus órganos desconcentrados, ni de ninguna de sus unidades administrativas. Por lo tanto, asegura que el Fonca no tiene ningún funcionario del Conaculta becado.
Entonces se le pregunta qué sucede con casos como los de Marina Stavenhagen, directora del Imcine; Ignacio Padilla, exdirector de la megabiblioteca José Vasconcelos, y Vicente Herrasti, extitular de la Dirección de Publicaciones del Conaculta, quienes son becarios del SNCA y, a la vez, fueron o son funcionarios. Cantú Alvarado señala que en el momento en que se convierten en funcionarios, los creadores artísticos dejan de recibir los estímulos económicos pero conservan la distinción de ser miembros del SNCA; es decir, mientras permanezcan en el cargo no se les otorga la beca. Pero si renuncian al cargo, se les recupera su beca si está dentro del periodo dentro del cual se estipuló el otorgamiento del estímulo. Por ejemplo, Vicente Herrasti concluyó su periodo de ser director de Publicaciones del Conaculta e inmediatamente se le reincorporó su estímulo económico porque su periodo de becario abarca de agosto de 2006 a agosto de 2009. Herrasti tomó posesión de su cargo el 1 de febrero de 2007 y renunció el pasado 18 febrero de 2008, por lo que aún le quedaba poco más de un año para ejercer su beca. No se le da retroactivo nada, sino a partir de esa fecha comienza a recibir su dinero y hasta que concluya su periodo de pertenencia al SNCA.
A la funcionaria también se le pregunta por los casos de Eduardo Lizalde, quien desde 1993 es creador emérito y, a la vez, dirige desde 1996 la Biblioteca de México; es decir, recibe como creador emérito un “estímulo económico” de 31 mil 554 pesos mensuales y, a la vez, un sueldo de 37 mil 239 pesos mensuales como funcionario público. El mismo caso lo tiene Luis de Tavira, también creador emérito y actual director de la Compañía Nacional de Teatro.
Cantú Alvarado afirma que como ambos intelectuales son creadores eméritos, no están sujetos a las restricciones a las que se les sujeta a los creadores de arte: “La distinción de creadores eméritos -agrega- es el máximo reconocimiento que otorga el Estado mexicano a los creadores por toda su trayectoria; por consiguiente, ellos no tienen esa restricción.”
Otro punto que se le expone a la secretaria ejecutiva del Fonca es el caso de Raúl Quintanilla, director del Centro de Formación Actoral de TV-Azteca y, además, se le otorgó la beca de 23 mil 665 pesos mensuales como creador artístico 2007-2010 y, ahora, a Alberto Ruy Sánchez, director de la revista Artes de México, quien recibirá la beca con un monto similar de 2008 al 2011. Sobre todo porque la Auditoría Superior de la Federación recomendó al Conaculta que integre mecanismos de control que impida dar becas a funcionarios o a quienes ejercen otro cargo similar en la IP. Martha Cantú responde: “Muchos de nuestros creadores desarrollan su trabajo creativo a través de pequeñas empresas culturales.”
Se le hace ver que TV-Azteca no es una pequeña empresa cultural, como tampoco lo es Artes de México. A lo que la funcionaria comenta: “Bueno, los creadores pueden trabajar en donde quieran. Además, el Fonca no otorga sus becas por cuotas para ser repartidas en los estados de la República, por género o por el análisis socioeconómico de los creadores artísticos.”
Cantú Alvarado es contundente: “Las becas que otorga el Fonca son en función de la calidad y de la trayectoria del creador. Para el Fonca no es importante saber en dónde trabaja el creador que está postulándose, salvo que labore en el Conaculta. No hay limitación en cuanto a saber si el postulante trabaja en la administración pública, en una empresa privada o en una empresa personal. Para el Fonca es importante la trayectoria del creador, el proyecto que presenta y que cumplan con ese proyecto en el tiempo establecido y bajo las condiciones del convenio que firma.”
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