miércoles, 31 de agosto de 2011
Juventud divino tesoro: Apuntes de un escribidor
Las noticias que todos los días van creando la idea de que estamos ante una violencia sin freno, se van magnificando cuando vemos casos como el de la muchachita de 13 años adscrita a los Zetas o la violenta irrupción que hizo la policía en casa del poeta Efraín Bartolomé.
Especialistas de todas las áreas, pero sobre todo especialistas que son reconocidas autoridades en el tema del que opinan, han dicho que la clase política tiene la culpa de haber creado este ambiente de rapiña, odio, venganza y ambición. No se puede exentar de responsabilidad al Estado.
Pero hablar de este tema es complejo y no puede reducirse echándole la culpa a una sola persona, institución o autoridad. En el caso particular de la niña de 13 años, en los foros de Internet muchos usuarios le echan la culpa a los padres y piden cárcel para ellos, pero echarle la culpa a los padres es igual que echarle toda la culpa al gobierno. Hay responsabilidades compartidas, porque también hay comentarios en los que se asegura que ya están hartos de que se diga que la culpa de todo la tiene el gobierno: ni muy muy, ni tan tan, es algo más complejo.
Podríamos decir que los vicios con los que construimos este país empezaron desde antes de la conquista, pero el orden con el que se están manejando las cosas ya tiene que trascender a otra forma política.
¿Cuál es el futuro de la juventud? Si no hay empleos para los universitarios, si no hay suficientes escuelas y ni siquiera el interés político de fomentar programas que combatan el rezago educativo, el deporte o la cultura. Porque la mayor parte del presupuesto sirve para pagar a los funcionarios y no para que se ejerzan las funciones. No es de extrañar que se recluten menores, la educación televisiva y el ejemplo que nos da la clase política es consumir y acumular sin importar de qué forma.
¿Cuál es el futuro de la niñez? Si ésta se va perdiendo cada vez que el niño se queda sin padre ya sea por la guerra contra el narco, la migración, el suicidio o todo lo que provoca la falta de oportunidades reales que tiene este país. Niños con la mirada en el techo con una maestra que les canta para que no se asusten durante un tiroteo o niños que están con un arma matando a diestra y siniestra en los videojuegos.
¿Cuál es el futuro de la tercera edad? Si se están eliminando los derechos de los trabajadores empezando por la pensión, si las medicinas del seguro popular escasean y los tratamientos particulares son demasiado caros, si mucha gente piensa que la gente mayor es un estorbo y los dejan a la intemperie.
Este país parece que está a punto de explotar porque la explotación de los de arriba hacia los de abajo está llegando a límites exagerados. El abuso de autoridad, la impunidad, el cinismo, la barbarie disfrazada de gobierno, la sinrazón humana, la falta de filosofía y de lógica. Lo peor que nos ha pasado como país es que las dos instituciones que más ayudan al crecimiento humano que son la familia y la escuela han sido aniquiladas por la ambición imperialista. La desintegración familiar producto de la pobreza, la migración, el crimen, el alcoholismo y otros factores, aunado con la ambición de los funcionarios que ven en el sistema educativo una posibilidad de llenar sus bolsillos (y el de sus familiares o amigos) y no un instrumento para poder construir un país nos ha llevado a esto: una juventud que parece no tener salidas ni caminos. Por eso los hijos de políticos están bien educados… pero ya sabe para qué.
Especialistas de todas las áreas, pero sobre todo especialistas que son reconocidas autoridades en el tema del que opinan, han dicho que la clase política tiene la culpa de haber creado este ambiente de rapiña, odio, venganza y ambición. No se puede exentar de responsabilidad al Estado.
Pero hablar de este tema es complejo y no puede reducirse echándole la culpa a una sola persona, institución o autoridad. En el caso particular de la niña de 13 años, en los foros de Internet muchos usuarios le echan la culpa a los padres y piden cárcel para ellos, pero echarle la culpa a los padres es igual que echarle toda la culpa al gobierno. Hay responsabilidades compartidas, porque también hay comentarios en los que se asegura que ya están hartos de que se diga que la culpa de todo la tiene el gobierno: ni muy muy, ni tan tan, es algo más complejo.
Podríamos decir que los vicios con los que construimos este país empezaron desde antes de la conquista, pero el orden con el que se están manejando las cosas ya tiene que trascender a otra forma política.
¿Cuál es el futuro de la juventud? Si no hay empleos para los universitarios, si no hay suficientes escuelas y ni siquiera el interés político de fomentar programas que combatan el rezago educativo, el deporte o la cultura. Porque la mayor parte del presupuesto sirve para pagar a los funcionarios y no para que se ejerzan las funciones. No es de extrañar que se recluten menores, la educación televisiva y el ejemplo que nos da la clase política es consumir y acumular sin importar de qué forma.
¿Cuál es el futuro de la niñez? Si ésta se va perdiendo cada vez que el niño se queda sin padre ya sea por la guerra contra el narco, la migración, el suicidio o todo lo que provoca la falta de oportunidades reales que tiene este país. Niños con la mirada en el techo con una maestra que les canta para que no se asusten durante un tiroteo o niños que están con un arma matando a diestra y siniestra en los videojuegos.
¿Cuál es el futuro de la tercera edad? Si se están eliminando los derechos de los trabajadores empezando por la pensión, si las medicinas del seguro popular escasean y los tratamientos particulares son demasiado caros, si mucha gente piensa que la gente mayor es un estorbo y los dejan a la intemperie.
Este país parece que está a punto de explotar porque la explotación de los de arriba hacia los de abajo está llegando a límites exagerados. El abuso de autoridad, la impunidad, el cinismo, la barbarie disfrazada de gobierno, la sinrazón humana, la falta de filosofía y de lógica. Lo peor que nos ha pasado como país es que las dos instituciones que más ayudan al crecimiento humano que son la familia y la escuela han sido aniquiladas por la ambición imperialista. La desintegración familiar producto de la pobreza, la migración, el crimen, el alcoholismo y otros factores, aunado con la ambición de los funcionarios que ven en el sistema educativo una posibilidad de llenar sus bolsillos (y el de sus familiares o amigos) y no un instrumento para poder construir un país nos ha llevado a esto: una juventud que parece no tener salidas ni caminos. Por eso los hijos de políticos están bien educados… pero ya sabe para qué.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario