miércoles, 31 de agosto de 2011
México necesita cambiar su política neoliberal: Apuntes de un escribidor
Argumentar que la petición de la renuncia inmediata de Felipe Calderón y su gabinete obedece a fines partidistas, es pensar de forma partidista. No puedo siquiera dar el pésame a los amigos que tengo en el norte por lo ocurrido en Monterrey, porque la situación que vivo en comparación a la que ellos están viviendo no es comparable, sin embargo no puedo negar que la solidaridad y el apoyo moral es lo que nos hace aún humanos.
El problema con las noticias que se leen en las redes sociales es que uno tiene a veces que leer comentarios, pensando que así se ampliará la noticia, pero sucede todo lo contrario, vemos que hay personas que tienen un pensamiento tan fascista como el propio gobierno federal. Estas personas señalan que el discurso de que el país necesita de educación y cultura para salir adelante ya aburre, ya que lo que se necesita es aplicar la pena de muerte para que en unos meses todo esto cese. El problema es que si se aplica la pena de muerte ésta será ejecutada por la justicia mexicana, que tan podrida está que el documental “Presunto culpable” se queda corto. De ahí que esos comentarios son tan irresponsables como lo fue la política del gobierno federal al iniciar esta guerra contra el crimen organizado.
El espurio está indignado, ahora no culpa a las víctimas de ser delincuentes, pero su indignación ilegítima en nada ayuda a este país si a los pocos minutos lo vemos en comerciales con su sonrisa cínica anunciando que vivimos en un país de ensueño. Diciendo lo que ha logrado en sus cinco años de gobierno, provocando el odio de las familias de damnificados que viven en la impotencia ¿Cuándo inició la pesadilla? ¿Cuándo empezamos a odiarnos como especie a este nivel irracional?
El país tampoco necesita la intervención de los Estados Unidos que nos ha quitado gran parte del territorio y que ahora, aún endeudado, sigue con sus ataques colonizadores a otros países en busca de riquezas que robar. Tampoco necesita a los políticos que ahora se aprovechan de lo que le pasa al país para prometer soluciones, que al fin y al cabo serán las mismas: vender la patria al mejor postor y poner como carnada a la población para que sea explotada por los nuevos amos.
Este país necesita cambiar su política, dejar a un lado la idea de que lo mejor es una composición de carácter neoliberal, porque se ha demostrado que lo importante ha sido la acumulación de riqueza para unos cuantos a costa del dolor de todo un pueblo. Seguir con la propuesta de Peña Nieto, por ejemplo, que le entregará un poder ilimitado (que ya casi tiene) a Televisa, será golpear aún más a la población. Dejar que Felipe Calderón continúe actuando de forma pasiva y sin interés en la ciudadanía, sería tan irresponsable como lo fue haber votado por él o tener interés aún en los partidos políticos con ideas derechistas que en ocasiones se disfrazan de centro o izquierda.
David Toscana, uno de los narradores mexicanos más importantes, publicó un artículo en el que partiendo del famoso cuento de Rulfo “Diles que no me maten” que se encuentra en el libro “El llano en llamas” nos habla de la realidad del país, del sentir de la ciudadanía. Quisiera terminar este escrito con un fragmento del texto publicado por Toscana: “¡Diles que no me maten, Felipe! Anda, vete a decirles eso. Que por caridad. Así diles. Diles que lo hagan por caridad. Haz que te oigan. Date tus mañas y diles que para sustos ya ha estado bueno. Anda, Felipe, tú que los conoces, que transas con algunos de ellos. Nomás eso diles. O al menos dile a tu gente, esa que transa con los otros aunque dice que no transa con nadie. No tengo ganas de mucho. Sólo de vivir. Quédense ustedes con el botín. Yo me conformo con visitar algunos sitios, comer algunas cosas. Leer muchos libros. Amar a una mujer”.
El problema con las noticias que se leen en las redes sociales es que uno tiene a veces que leer comentarios, pensando que así se ampliará la noticia, pero sucede todo lo contrario, vemos que hay personas que tienen un pensamiento tan fascista como el propio gobierno federal. Estas personas señalan que el discurso de que el país necesita de educación y cultura para salir adelante ya aburre, ya que lo que se necesita es aplicar la pena de muerte para que en unos meses todo esto cese. El problema es que si se aplica la pena de muerte ésta será ejecutada por la justicia mexicana, que tan podrida está que el documental “Presunto culpable” se queda corto. De ahí que esos comentarios son tan irresponsables como lo fue la política del gobierno federal al iniciar esta guerra contra el crimen organizado.
El espurio está indignado, ahora no culpa a las víctimas de ser delincuentes, pero su indignación ilegítima en nada ayuda a este país si a los pocos minutos lo vemos en comerciales con su sonrisa cínica anunciando que vivimos en un país de ensueño. Diciendo lo que ha logrado en sus cinco años de gobierno, provocando el odio de las familias de damnificados que viven en la impotencia ¿Cuándo inició la pesadilla? ¿Cuándo empezamos a odiarnos como especie a este nivel irracional?
El país tampoco necesita la intervención de los Estados Unidos que nos ha quitado gran parte del territorio y que ahora, aún endeudado, sigue con sus ataques colonizadores a otros países en busca de riquezas que robar. Tampoco necesita a los políticos que ahora se aprovechan de lo que le pasa al país para prometer soluciones, que al fin y al cabo serán las mismas: vender la patria al mejor postor y poner como carnada a la población para que sea explotada por los nuevos amos.
Este país necesita cambiar su política, dejar a un lado la idea de que lo mejor es una composición de carácter neoliberal, porque se ha demostrado que lo importante ha sido la acumulación de riqueza para unos cuantos a costa del dolor de todo un pueblo. Seguir con la propuesta de Peña Nieto, por ejemplo, que le entregará un poder ilimitado (que ya casi tiene) a Televisa, será golpear aún más a la población. Dejar que Felipe Calderón continúe actuando de forma pasiva y sin interés en la ciudadanía, sería tan irresponsable como lo fue haber votado por él o tener interés aún en los partidos políticos con ideas derechistas que en ocasiones se disfrazan de centro o izquierda.
David Toscana, uno de los narradores mexicanos más importantes, publicó un artículo en el que partiendo del famoso cuento de Rulfo “Diles que no me maten” que se encuentra en el libro “El llano en llamas” nos habla de la realidad del país, del sentir de la ciudadanía. Quisiera terminar este escrito con un fragmento del texto publicado por Toscana: “¡Diles que no me maten, Felipe! Anda, vete a decirles eso. Que por caridad. Así diles. Diles que lo hagan por caridad. Haz que te oigan. Date tus mañas y diles que para sustos ya ha estado bueno. Anda, Felipe, tú que los conoces, que transas con algunos de ellos. Nomás eso diles. O al menos dile a tu gente, esa que transa con los otros aunque dice que no transa con nadie. No tengo ganas de mucho. Sólo de vivir. Quédense ustedes con el botín. Yo me conformo con visitar algunos sitios, comer algunas cosas. Leer muchos libros. Amar a una mujer”.
Evidente: Apuntes de un escribidor
Mientras que el gabinete del espurio Felipe Calderón sigue pregonando a los cuatro vientos que nos encontramos en un país en el que la violencia es exagerada por los medios de comunicación, que a otros países les va peor y que el turismo extranjero está pendiente de los polos turísticos de nuestro México para pasársela bien, la realidad es otra, pero sobre todo es evidente que si no se toman medidas contra la anarquía disfrazada de institución que es este gobierno federal, entonces posiblemente el futuro sea muy gris.
Este fin de semana me quedé sin teléfono e Internet ya que al fallar el servicio, los que son puntuales para cobrar no lo son para ir a reparar las fallas técnicas de su sistema, por lo que el sábado y domingo me dediqué a terminar unas lecturas.
El domingo ya no alcancé a comprar periódico y como me quedé en casa, en los establecimientos cercanos se había agotado la edición. No fue sino hasta la tarde que en un cibercafé me dediqué a enviar unos correos y me enteré de lo que había sucedido en el estadio del Santos Laguna. Había escuchado por ahí eso de “se asustan por unos cuantos balazos”, que seguro era una clara alusión a lo que había sucedido en la comarca lagunera, pero no había entendido el contexto de esa frase.
Hechos como éstos me preocupan en el sentido que estar desconectado del mundo (por decirlo de alguna manera) dos días puede ser crucial, no podemos decir que vivimos en el país del no pasa todo, sino que lamentablemente vivimos en el país en el que todos los días pasa algo más violento y desagradable, que hunde el ánimo popular y acentúa las mentiras del gobierno.
Mientras la clase política está preocupada por la candidatura presidencial del 2012 y los puestos de representación popular que están en juego, los ciudadanos están preocupados por la seguridad, por sus vidas, por sus hijos. Ahora que estuve fuera del Estado y visité otras entidades pude ver cómo al menor sonido de algo que puede parecer una balacera la gente se pone nerviosa, una tensión que nos hace olvidar que los tiempos de calma pueden estar terminando.
Lo que ocurrió en el fútbol mexicano ya había sucedido en el béisbol, en las discotecas, en los conciertos, en los bares, en las plazas públicas. A diferencia de lo que reitera Calderón y sus secretarios es evidente la necesidad de eliminar la sed de poder de los poderosos que gobiernan. Porque esta guerra parece que no es de buenos contra malos, sino de malos contra peores.
Seguir en la necedad de hacerle creer a la gente con estadísticas que este país no es víctima de las políticas neoliberales y la deshumanización, sería tirar por la borda los últimos pedazos de esperanza que nos queda. Lo que sucedió en el fútbol mexicano es una señal que la tragedia está latente y que la farsa de los políticos tiene que acabar.
Este fin de semana me quedé sin teléfono e Internet ya que al fallar el servicio, los que son puntuales para cobrar no lo son para ir a reparar las fallas técnicas de su sistema, por lo que el sábado y domingo me dediqué a terminar unas lecturas.
El domingo ya no alcancé a comprar periódico y como me quedé en casa, en los establecimientos cercanos se había agotado la edición. No fue sino hasta la tarde que en un cibercafé me dediqué a enviar unos correos y me enteré de lo que había sucedido en el estadio del Santos Laguna. Había escuchado por ahí eso de “se asustan por unos cuantos balazos”, que seguro era una clara alusión a lo que había sucedido en la comarca lagunera, pero no había entendido el contexto de esa frase.
Hechos como éstos me preocupan en el sentido que estar desconectado del mundo (por decirlo de alguna manera) dos días puede ser crucial, no podemos decir que vivimos en el país del no pasa todo, sino que lamentablemente vivimos en el país en el que todos los días pasa algo más violento y desagradable, que hunde el ánimo popular y acentúa las mentiras del gobierno.
Mientras la clase política está preocupada por la candidatura presidencial del 2012 y los puestos de representación popular que están en juego, los ciudadanos están preocupados por la seguridad, por sus vidas, por sus hijos. Ahora que estuve fuera del Estado y visité otras entidades pude ver cómo al menor sonido de algo que puede parecer una balacera la gente se pone nerviosa, una tensión que nos hace olvidar que los tiempos de calma pueden estar terminando.
Lo que ocurrió en el fútbol mexicano ya había sucedido en el béisbol, en las discotecas, en los conciertos, en los bares, en las plazas públicas. A diferencia de lo que reitera Calderón y sus secretarios es evidente la necesidad de eliminar la sed de poder de los poderosos que gobiernan. Porque esta guerra parece que no es de buenos contra malos, sino de malos contra peores.
Seguir en la necedad de hacerle creer a la gente con estadísticas que este país no es víctima de las políticas neoliberales y la deshumanización, sería tirar por la borda los últimos pedazos de esperanza que nos queda. Lo que sucedió en el fútbol mexicano es una señal que la tragedia está latente y que la farsa de los políticos tiene que acabar.
Ulises 2300: Literatura para niños y jóvenes
Ediciones SM y el Consejo Nacional Para la Cultura y las Artes, editaron en el año 2003 el libro “Ulises 2300” de Antonio Malpica, quien por esta novela obtuvo el Premio Gran Angular ese mismo año.
Este trabajo de Malpica que consta de 195 cuartillas es un excelente ejercicio de lectura para el público juvenil, ya que la narrativa de este autor es tan ágil que el lector quedará sorprendido de haber leído un libro que al parecer era muy extenso. Además que contiene los ingredientes de todo cuento popular, pero está apoyada por esa forma de ver la vida que tienen los jóvenes cuando atraviesan por problemas familiares. De ahí que el autor pueda atrapar al público juvenil, ya que les habla como si fuera uno de ellos, entiende lo complejo de los cambios de actitud que trae consigo el tener más edad.
Salomón “Caballo Loco” Narváez. Catedrático universitario y gran amante del mundo del ajedrez, se precia de llevar una vida tranquila y sosegada: imparte clases de economía por las mañanas y escribe en un periódico por las tardes. Pero su plácida existencia se ve completamente transformada cuando conoce al mayor genio del ajedrez que haya existido jamás: Ulises Bernal. Salomón decide, de pronto, que tiene una nueve misión en la vida: impulsar a Ulises para que escale en el mundo del ajedrez y, así, convertirlo en campeón del mundo, si es posible. Pero existe un pequeño problema: Ulises tiene tan sólo 14 años y no está interesado en triunfos ajedrecísticos.
Los personajes que acompañan a Ulises y a Caballo Loco son parecidos a los que nos acompañan durante nuestra juventud, no hay elementos fantásticos más que la propia vida. El narrador de esta historia es Caballo Loco quien nos platica de forma amena los recuerdos de cómo conoció al Ulises. A pesar de ser un genio a Ulises le molestaba la caprichosa vida de los adultos (sus padres), quienes con sus conflictos le hacían ver la vida de otra manera. La amistad, el compromiso, el amor y el reto son parte de los ingredientes de esta obra, en donde los triunfos más importantes son para con la forma de ver la vida.
Una novela interesante y recomendada que usted puede adquirir en cualquier librería y que además de ser un buen ejercicio de lectura, es entretenida, de lectura tan sencilla (pero no simple) que el tiempo se pasa como si se viera una buena película de aventuras, vida y acción.
De Antonio Malpica ya hemos hablado con anterioridad, al igual que de sus trabajos dedicados al público infantil y juvenil, ya que en la actualidad es uno de los mayores exponentes de la literatura para joven público. Otras obras recomendadas de este autor son: “Los mil años de Pepe Corcueña” y “La armónica”.
Juventud divino tesoro: Apuntes de un escribidor
Las noticias que todos los días van creando la idea de que estamos ante una violencia sin freno, se van magnificando cuando vemos casos como el de la muchachita de 13 años adscrita a los Zetas o la violenta irrupción que hizo la policía en casa del poeta Efraín Bartolomé.
Especialistas de todas las áreas, pero sobre todo especialistas que son reconocidas autoridades en el tema del que opinan, han dicho que la clase política tiene la culpa de haber creado este ambiente de rapiña, odio, venganza y ambición. No se puede exentar de responsabilidad al Estado.
Pero hablar de este tema es complejo y no puede reducirse echándole la culpa a una sola persona, institución o autoridad. En el caso particular de la niña de 13 años, en los foros de Internet muchos usuarios le echan la culpa a los padres y piden cárcel para ellos, pero echarle la culpa a los padres es igual que echarle toda la culpa al gobierno. Hay responsabilidades compartidas, porque también hay comentarios en los que se asegura que ya están hartos de que se diga que la culpa de todo la tiene el gobierno: ni muy muy, ni tan tan, es algo más complejo.
Podríamos decir que los vicios con los que construimos este país empezaron desde antes de la conquista, pero el orden con el que se están manejando las cosas ya tiene que trascender a otra forma política.
¿Cuál es el futuro de la juventud? Si no hay empleos para los universitarios, si no hay suficientes escuelas y ni siquiera el interés político de fomentar programas que combatan el rezago educativo, el deporte o la cultura. Porque la mayor parte del presupuesto sirve para pagar a los funcionarios y no para que se ejerzan las funciones. No es de extrañar que se recluten menores, la educación televisiva y el ejemplo que nos da la clase política es consumir y acumular sin importar de qué forma.
¿Cuál es el futuro de la niñez? Si ésta se va perdiendo cada vez que el niño se queda sin padre ya sea por la guerra contra el narco, la migración, el suicidio o todo lo que provoca la falta de oportunidades reales que tiene este país. Niños con la mirada en el techo con una maestra que les canta para que no se asusten durante un tiroteo o niños que están con un arma matando a diestra y siniestra en los videojuegos.
¿Cuál es el futuro de la tercera edad? Si se están eliminando los derechos de los trabajadores empezando por la pensión, si las medicinas del seguro popular escasean y los tratamientos particulares son demasiado caros, si mucha gente piensa que la gente mayor es un estorbo y los dejan a la intemperie.
Este país parece que está a punto de explotar porque la explotación de los de arriba hacia los de abajo está llegando a límites exagerados. El abuso de autoridad, la impunidad, el cinismo, la barbarie disfrazada de gobierno, la sinrazón humana, la falta de filosofía y de lógica. Lo peor que nos ha pasado como país es que las dos instituciones que más ayudan al crecimiento humano que son la familia y la escuela han sido aniquiladas por la ambición imperialista. La desintegración familiar producto de la pobreza, la migración, el crimen, el alcoholismo y otros factores, aunado con la ambición de los funcionarios que ven en el sistema educativo una posibilidad de llenar sus bolsillos (y el de sus familiares o amigos) y no un instrumento para poder construir un país nos ha llevado a esto: una juventud que parece no tener salidas ni caminos. Por eso los hijos de políticos están bien educados… pero ya sabe para qué.
Especialistas de todas las áreas, pero sobre todo especialistas que son reconocidas autoridades en el tema del que opinan, han dicho que la clase política tiene la culpa de haber creado este ambiente de rapiña, odio, venganza y ambición. No se puede exentar de responsabilidad al Estado.
Pero hablar de este tema es complejo y no puede reducirse echándole la culpa a una sola persona, institución o autoridad. En el caso particular de la niña de 13 años, en los foros de Internet muchos usuarios le echan la culpa a los padres y piden cárcel para ellos, pero echarle la culpa a los padres es igual que echarle toda la culpa al gobierno. Hay responsabilidades compartidas, porque también hay comentarios en los que se asegura que ya están hartos de que se diga que la culpa de todo la tiene el gobierno: ni muy muy, ni tan tan, es algo más complejo.
Podríamos decir que los vicios con los que construimos este país empezaron desde antes de la conquista, pero el orden con el que se están manejando las cosas ya tiene que trascender a otra forma política.
¿Cuál es el futuro de la juventud? Si no hay empleos para los universitarios, si no hay suficientes escuelas y ni siquiera el interés político de fomentar programas que combatan el rezago educativo, el deporte o la cultura. Porque la mayor parte del presupuesto sirve para pagar a los funcionarios y no para que se ejerzan las funciones. No es de extrañar que se recluten menores, la educación televisiva y el ejemplo que nos da la clase política es consumir y acumular sin importar de qué forma.
¿Cuál es el futuro de la niñez? Si ésta se va perdiendo cada vez que el niño se queda sin padre ya sea por la guerra contra el narco, la migración, el suicidio o todo lo que provoca la falta de oportunidades reales que tiene este país. Niños con la mirada en el techo con una maestra que les canta para que no se asusten durante un tiroteo o niños que están con un arma matando a diestra y siniestra en los videojuegos.
¿Cuál es el futuro de la tercera edad? Si se están eliminando los derechos de los trabajadores empezando por la pensión, si las medicinas del seguro popular escasean y los tratamientos particulares son demasiado caros, si mucha gente piensa que la gente mayor es un estorbo y los dejan a la intemperie.
Este país parece que está a punto de explotar porque la explotación de los de arriba hacia los de abajo está llegando a límites exagerados. El abuso de autoridad, la impunidad, el cinismo, la barbarie disfrazada de gobierno, la sinrazón humana, la falta de filosofía y de lógica. Lo peor que nos ha pasado como país es que las dos instituciones que más ayudan al crecimiento humano que son la familia y la escuela han sido aniquiladas por la ambición imperialista. La desintegración familiar producto de la pobreza, la migración, el crimen, el alcoholismo y otros factores, aunado con la ambición de los funcionarios que ven en el sistema educativo una posibilidad de llenar sus bolsillos (y el de sus familiares o amigos) y no un instrumento para poder construir un país nos ha llevado a esto: una juventud que parece no tener salidas ni caminos. Por eso los hijos de políticos están bien educados… pero ya sabe para qué.
Microdermoabrasión: Sobre las artes escénicas
El pasado 21 de julio, a las 18 horas, se realizó en el Museo de la ciudad de Querétaro, la lectura-espectáculo de la obra “Microdermoabrasión” de Pablo Iván García, quien con este trabajo fue acreedor al Premio Nacional de dramaturgia al que convocan el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el Instituto Nacional de Bellas Artes y el Gobierno del Estado de Baja California, por medio del Instituto de Cultura de Baja California; la dirección estuvo a cargo de Uriel Bravo, quien convocó a un elenco tumultuario de 17 actrices y un actor: Paty Corral, Penélope Corral, Fanny Charansonnet, Hilda Arellano, Rocío del Valle, Alejandra Camarillo, Cynthia Pineda, Connie Garrido, Mónika Montes, Yasmín Ronquillo, Berenice Acosta, Mänya Loría, Lidia Lozada, Luz Ma. Espinoza, Delmy Muñoz, Ana Elena Mora, Alejandra Díaz y Manuel Gómez. La iluminación fue de Jesús Noyola.
Esta obra causó polémica y desconcierto por parte de los espectadores, ya que se criticó el ir y venir de un numeroso grupo de actrices que bien hubiera podido ser resuelto con unas cuantas, ya que interpretaban personajes desprovistos de carácter, además de otras críticas en cuanto a la construcción del texto. Aunque hay que señalar que el director realizó algunas modificaciones a la dramaturgia, incluyendo a un narrador que explicaba entre escena a escena el comportamiento del personaje a partir de un tratado de pornografía.
Es claro que la idea del autor es construir a un personaje (en este caso Javier), el cual se sume en el vacío en que se encuentra y llena a través del sexo, es su encuentro con diversas mujeres en un lapso breve. Esta es la “triste” historia de Javier, quien alguna vez salió con Sonia y luego, como a ambos les pareció natural, terminaron. Con su rompimiento, Javier decidió comenzar a buscar una mujer, su mujer perfecta, ideal, una mujer que lo hiciera sentir bien consigo mismo y con los demás. De esta forma conoció a Alondra, Mónica, Alma, Rebeca, Emilia, entre muchas otras, pero ninguna es perfecta, tienen defectos que él no puede soportar porque ni siquiera él sabe qué espera de una mujer: amor con sexo, amor sin sexo, sólo amor o sólo sexo.
Los programadores de la muestra señalan lo siguiente:
“Hay algo de milagroso infierno en el donjuanismo, pero no satisfacción. El delirio del que desea todo es grande, es triste, y más aún, ridículo cuando irrealizable. En Microdermoabrasión, Pablo Iván García mira de frente al abismo masculino. No hay heroicas rebeldías ni proezas filosóficas, tampoco un derroche de encanto. Su macho modélico adolece, es un ciudadano promedio tallado en la cepa de la abulia. No busca el placer sino su sombra o su eco, irla pasando con el menor esfuerzo. Es una famélica pulsión, un cinismo chimuelo, pasión pura –en sentido estricto— y no convicción. Javier –un don Juan disminuido, sin condena y sin redención— es la ecuación simple que demuestra el vacío, es repetición automática: el sempiterno y circular presente infernal de un cómic negro que se gasta”.
Uno de los problemas más grandes fue la pretensión del director que llegó al grado de proponer textos que no estaban dentro del mismo (además del narrador ya mencionado), creando una lectura que luego fue aclarada pero que aún así logró formular un consenso sobre el infortunio de esta escritura.
A pesar de que esta obra fue anunciada como una lectura-espectáculo, lo que vimos fue mucho más cercano a una puesta en escena muy cuestionada. Sin embargo, se recomienda leer el texto para poder emitir un juicio sobre este trabajo, ya que las puestas en escena pueden hablarnos de otra escritura que muchas veces no le hace justicia al texto.
Esta obra, la puede encontrar usted en los Textos de la Capilla (segunda época), en la colección “Dramaturgia en escena” número 25, y si tiene interés en adquirir esta y otras obras de teatro mexicano contemporáneo consulte la siguiente dirección: http://teatrolacapilla.com/category/los-textos-de-la-capilla/
Pablo Iván García es egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica (Centro Nacional de las Artes), donde se formó como escritor de cine. Licenciado en Comunicación; su tesis de grado, dirigida por el Dr. Lauro Zavala, se tituló El documental nunca existió (2010). Actualmente se desempeña como profesor universitario y guionista de televisión. Microdermoabrasión, su primera obra de teatro, recibió el Premio Nacional de Dramaturgia Bellas Artes 2010.
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